Una de las máximas preocupaciones que todo mecánico debe tener en cuenta es la seguridad. Así, cuando se hacen reparaciones hay que prestar atención al estado de todos los elementos tanto de seguridad activa como pasiva. Pero incidiendo especialmente en los primeros. Y dentro de los sistemas de seguridad activa del coche, el sistema de freno es vital. Por ello, cuidar y hacer una reparación de frenos perfecta es prioritario.
Para encontrar el problema, en primer lugar se debe hablar con el conductor del coche. A través de lo que él diga se puede localizar qué necesita ser reparado. No obstante, una revisión completa del sistema de frenado será la que nos indique dónde actuar para hacer una reparación de frenos de 10. Para ello, no hay que olvidar ninguna parte:
- Revisión de las pastillas. Hay que comprobar que pernos, grapas y soportes se encuentren en buen estado y bien instalados. Además, deberás fijarte si el material de fricción está bien pegado al soporte, sin que existan grietas o desgaste anormal. Lo habitual es sustituirlas cuando queden 3 milímetros de pastilla utilizable.
- Revisión del líquido de frenos. Comprobar que el nivel es el adecuado y que el depósito esté limpio. Por supuesto, revisar las fugas de líquido. Esto nos lo puede indicar si cerca de las conexiones o de la tuerca de sujeción hay humedad. Siempre que haya que rellenar líquido, consultar las indicaciones del fabricante, sobre todo en cuanto a la calidad.
- Revisión del cilindro maestro. También conocido como bomba de frenos. Hay que controlar que los orificios de ventilación en la tapa del depósito del cilindro estén limpios y abiertos.
- Revisión de latiguillos y conexiones. Comprobar que no hay ninguna fuga. Prestar atención a posibles rasgaduras o cuarteados en los manguitos, así como rozaduras cerca de terminales o racores.
Sabiendo bien todo lo que se debe explorar se da un primer paso para una reparación de frenos perfecta. Lo siguiente es conocer las averías más frecuentes a las que te puedes enfrentar y sus soluciones:
- Fugas en el circuito. Revisarlo por completo, intentar reparar la fuga y, si no se puede, reemplazar la pieza defectuosa.
- Aire en el sistema. Se debe purgar todo el sistema.
- Nivel de líquido bajo o líquido contaminado. Rellena con líquido de la misma calidad, preferiblemente el recomendado por el fabricante. Si se ha rellenado con líquido inadecuado, limpia el sistema con alcohol metílico y luego rellena con el líquido apropiado.
- Pastillas o discos desgastados. Pueden estar o bien desgastados o bien manchados de grasa o líquido de frenos. En el caso del desgaste, la sustitución es lo más recomendable. Si están manchadas querrá decir que hay alguna fuga, así que primero encuéntrala y repárala. Después limpia las zonas manchadas. Uno de los productos que puedes utilizar como parte de la limpieza y reparación de frenos es LOCTITE 7235. Deja las piezas perfectas, sin residuos oleosos, con lo que no se necesita pasar un paño para limpiar posteriormente. Además, con LOCTITE 7235 se consigue una limpieza profunda, ya que llega hasta las partes más difíciles de las piezas gracias al tubo de extensión que incorpora el producto.
- Fallos en el cilindro maestro. La goma puede estar hinchada, con lo que habría que reemplazar guardapolvos y retenes, así como limpiar el sistema, para luego volverlo a llenar con líquido.
- Pistón del caliper pegado. Se limpia la cámara del pistón, se lubrica y se cambia el retén. También puede ser que no retroceda correctamente, con lo que deberías reparar el caliper. Si las pastillas rozan con tal caliper, hay que lubricar los apoyos de las pastillas.
Aunque hay muchos más problemas que te puedes encontrar en la reparación de frenos, lo primordial es cerciorarse siempre de que todo el sistema presente un buen estado. Y comprobar el equilibrado de las ruedas, ya que de no estar equilibradas, los frenos sufren mayor desgaste.
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