Las diferentes partes de la carrocería de un coche están compuestas por una amalgama de materiales sensibles a posibles problemas y roturas. Tanto las piezas hechas de caucho o plástico, como aquellas más resistentes, compuestas de metales como el acero, el cobre, el aluminio o el plomo, pueden sufrir desgastes o deterioros a lo largo del tiempo. Aquí es donde entran en juego los recambios de carrocería del automóvil.
Si no se utilizan piezas de recambio ni se reparan los desperfectos y se deja que el vehículo siga funcionando con algunas de sus partes en mal estado, pueden aparecer serios problemas de seguridad, electrónicos o mecánicos.
¿Cuándo considerar el uso de recambios de carrocería para el automóvil?
El mal cuidado, la falta de mantenimiento, un trato o uso inadecuados, o el impacto de los agentes climáticos pueden afectar a los materiales de las distintas partes de la carrocería del coche.
Por ejemplo, en el caso de los metales que se encuentran en los componentes de la carrocería, el principal problema es la oxidación. La humedad, el agua, el aire y la temperatura, así como los compuestos del propio metal, son factores que hacen que la corrosión sea inevitable. Ante la aparición de desperfectos, se debe considerar la utilización de recambios en la carrocería del automóvil.
¿Cómo evitar la necesidad de usar recambios de carrocería en un automóvil?
El acero es uno de los metales con mayor presencia en las diferentes partes de las carrocerías de los coches gracias a su precio relativamente bajo y a sus buenas propiedades mecánicas. En este caso, los fabricantes se esfuerzan no en evitar la corrosión, sino en intentar que esta se produzca lo más tarde posible, alargando así la vida útil de las partes y evitando que el conductor tenga que utilizar recambios de carrocería en su automóvil.
Por tanto, es necesario prestarle atención a la protección anticorrosiva del coche durante todo su ciclo de uso. Con una buena protección anticorrosiva se evita el riesgo de deformaciones y la creación de puntos débiles en los materiales, que en una colisión pueden convertirse en zonas de rotura que obliguen a recurrir a los recambios de carrocería del automóvil.
En este sentido, sean cuales sean los métodos de reparación que se le apliquen a un coche, según su tipo de carrocería, hay que intentar restituir siempre que sea posible las protecciones anticorrosivas, tanto en revestimientos metálicos como en revestimientos no metálicos, para que la chapa no pierda propiedades físicas ni mecánicas.
Por su lado, las partes de la carrocería hechas de plástico empiezan a deteriorarse desde el momento mismo de su fabricación. Dicho esto, la calidad del plástico que se utilice va a marcar la velocidad de degradación y sus consecuencias: pérdida de resistencia mecánica y color o agrietamiento, entre otras.
Tal y como pasa con los metales, la luz solar, la lluvia, la contaminación o la temperatura afectan a las partes de plástico de los coches. Como sus efectos sobre las mismas son distintos, los aditivos que se añadan a cada pieza original o de recambio de la carrocería de un automóvil van a depender de los elementos a los que se exponga la pieza. Por ejemplo, no se expone al mismo deterioro un parachoques que un salpicadero.
Recambios de carrocería de automóvil vs. reparación de la carrocería
Cuando parte de la carrocería de un coche está dañada y hay que elegir entre la reparación o la sustitución de ese elemento, debes tener en cuenta que, si bien es cierto que los recambios de carrocería del automóvil son una buena opción, es probable que la reparación sea la mejor alternativa.
En primer lugar, esta ofrece un mayor ahorro de tiempo, ya que los talleres no suelen contar con todos los recambios necesarios, por lo que a menudo hay que pedirlos a un proveedor o al fabricante. En cambio, si se opta por la reparación, probablemente todos los elementos requeridos se encuentren ya en el taller y puedas empezar la intervención de inmediato o cuando el volumen de trabajo lo permita.
El segundo motivo para reparar en lugar de pasar por un proceso de sustitución son los costes. Reparando la parte de la carrocería del coche que esté dañada se ahorra bastante, ya que comprar una pieza nueva puede ser costoso, incluso aunque se opte por recambios de carrocería de automóvil no originales.
Por último, si el elemento a reparar siempre ha funcionado bien, lo más seguro es que su reparación lo deje listo para seguir haciéndolo. Con un buen arreglo, el vehículo puede quedar como nuevo. Además, ten en cuenta que las partes de carrocería nuevas también pueden tener defectos, por lo que se puede tener la mala suerte de sustituirlas y, después, tener que arreglar o devolver los recambios utilizados.
En conclusión, lo más importante es hacer mantenimientos preventivos y anticiparse a los problemas que puedan surgir en las diferentes partes de la carrocería de los coches, para solucionarlos con la mayor brevedad posible. De ello dependen seguridad, eficiencia y economía.