Los filtros del coche son componentes esenciales para el correcto funcionamiento del vehículo. Su función es evitar la entrada de impurezas en determinados sistemas para, de este modo, garantizar el rendimiento óptimo del motor y el confort del habitáculo.
Tipos de filtros del coche
Hasta hace relativamente pocos años, se podían distinguir cuatro tipos de filtro en un coche: el del aire, el del aceite, el del combustible y el del habitáculo. Sin embargo, la estricta legislación medioambiental forzó la aparición de un sistema de depuración de gases en los motores diésel, conocido como AdBlue, que también requiere de un filtro especial.
A continuación, se describen las funciones de cada tipo de filtro del coche y su periodicidad de renovación:
Filtro del aire.
Este filtro tiene como función principal evitar, en la medida de lo posible, la entrada de impurezas en el motor a través del circuito de admisión. Esto impide la contaminación de la cámara de combustión, lo que ayuda a garantizar la pureza de la mezcla y a evitar daños en las paredes de los cilindros (algo que podrían ocasionar una grave avería en el funcionamiento del motor).Los requisitos de renovación de este componente se indican en el libro de mantenimiento del vehículo. Normalmente, la periodicidad suele ser anual o cada 20.000 km aproximadamente (esto, por lo general, supone la sustitución cada dos revisiones). Sin embargo, el entorno en el que se utiliza el vehículo también es determinante, ya que existen factores, como el polvo, que afectan a la vida útil de este filtro. Es por ello que se recomienda su inspección en cada revisión y, especialmente, en los cambios de estación.
Si la sustitución de este filtro del coche no se lleva a cabo a tiempo, podría tupirse parcialmente y provocar una pérdida de admisión de aire, lo que haría que la mezcla de aire y combustible en la cámara de combustión no fuera equilibrada. Y esto podría suponer un riesgo para la vida útil del motor.
Los posibles síntomas de un filtro del aire en mal estado son los siguientes:
- Pérdida de potencia del motor.
- Dificultades en el arranque.
- Ruidos inusuales en el motor.
- Aumento del consumo de combustible.
- Mayor expulsión de gases contaminantes.
- Encendido del testigo de gestión del motor.
Filtro de aceite.
Este filtro evita la circulación de impurezas a lo largo del circuito de lubricación encargado del engrase interno del motor. Dichas impurezas pueden consistir tanto en residuos de la combustión, como en partículas metálicas que se desprenden en el interior del motor debido a rozamientos entre componentes metálicos.
Estas partículas podrían provocar desgastes prematuros en algunos elementos del motor (cojinetes, rodamientos, etc.), obstrucciones (pérdidas de presión del aceite) y gripados (especialmente en las camisas de los cilindros).
Como en el caso del resto de filtros del coche, la periodicidad de sustitución del filtro de aceite es estipulada por el fabricante. De forma general, su vida útil ronda los 10.000 km o el medio año y es aconsejable sustituirlo cada vez que se cambie el aceite del motor.
Si no se lleva a cabo la sustitución de este componente en el tiempo y la forma adecuados, además de ponerse en peligro la vida útil del motor, se corre el riesgo de que la presión del aceite en el circuito se vea alterada, igual que la calidad del mismo.
Los posibles síntomas de un filtro de aceite en mal estado son los siguientes:
- Dificultad en el arranque.
- Pérdida de potencia.
- Aumento del consumo de combustible.
- Tirones durante la marcha.
- Detención espontánea del motor a bajas revoluciones.
- Ruidos inusuales en el motor.
- Encendido del testigo de presión del aceite del motor.
Filtro de combustible.
Este filtro del coche evita que las impurezas del combustible fluyan hacia el circuito de inyección, hacia la bomba de presión o hacia el circuito de alimentación. Además, en el caso de los vehículos diésel, también posibilita el deshumificado del combustible.
La sustitución del filtro de combustible se realiza, aproximadamente, cada 60.000 km o cada segundo mantenimiento.
Un filtro de combustible obstruido puede ocasionar graves averías en cualquiera de los componentes del sistema de inyección, especialmente en los inyectores o en la bomba de presión.
Las anomalías de funcionamiento más comunes causadas por un filtro de combustible en mal estado son estas:
- Aumento del consumo de combustible.
- Sonido anómalo en el motor.
- Humo negro procedente del escape.
- Cortes de combustible (rateos del motor).
- Complicaciones en el arranque del vehículo.
- Problemas de aceleración y rendimiento del motor.
- Encendido del testigo de gestión del motor (o del de combustible en algunos modelos)
Filtro del habitáculo.
También conocido como “filtro del polen”, el filtro del habitáculo es un componente que previene la entrada de contaminación externa (polen, gases, bacterias, etc.) en el interior del habitáculo a través del sistema de ventilación.Pese a no ser un elemento crítico para el funcionamiento del vehículo, garantiza el confort de los ocupantes.
Existe un filtro del habitáculo especial, llamado filtro de carbón activo, que además de proteger contra el polen, evita el paso de polución y olores.
La mayoría de fabricantes estipula una periodicidad para la sustitución de este filtro del coche. Sin embargo, su vida útil puede variar dependiendo del entorno en el que se usa el vehículo (por ejemplo, la circulación por ciudad propicia que el filtro acumule grasa antes por la concentración de gases). No obstante, su sustitución no debería exceder los 30.000 kilómetros. El inicio de la primavera es un momento propicio para la sustitución de este componente, ya que ha podido acumular suciedad y moho durante el otoño e invierno.
Los síntomas de un filtro del habitáculo en mal estado suelen ser los siguientes:
- Dificultad para desempañar el parabrisas.
- Flujo de aire incorrecto en el sistema de climatización.
- Percepción de olores desagradables.
Filtro de urea (sistema AdBlue)
La entrada en vigor de la normativa Euro6, que limita las emisiones contaminantes de los motores, propició la aparición del sistema AdBlue para posibilitar la eliminación de los gases óxido-nitrosos en los motores diésel. Estos gases no pueden ser eliminados físicamente, deben anularse por medio de una reacción química causada por un aditivo acuoso con urea, registrado comercialmente con el nombre de AdBlue.
Este sistema incorpora un filtro, normalmente unido a la bomba de dosificación de AdBlue, para garantizar la pureza del líquido.
La periodicidad de sustitución de este filtro del coche está marcada por el fabricante en el libro de mantenimiento y se debe consultar, ya que existe una gran diversidad en el kilometraje estipulado para la sustitución del filtro de urea entre unos fabricantes y otros.
Un filtro de urea obstruido no permite una inyección óptima de AdBlue, cosa que hace que el sistema lance una señal de bloqueo al motor. Además, si este filtro está en mal estado podría causar graves problemas en épocas de bajas temperaturas, puesto que la parte acuosa del aditivo puede llegar a cristalizarse y pasar a través del filtro dañado, impidiendo una correcta dosificación del líquido.
Los síntomas de un filtro de urea en mal estado suelen ser los siguientes:
- Bloqueo de arranque del motor.
- Encendido del testigo de gestión del motor y, posiblemente, del testigo de AdBlue.
Conclusión
Como se ha expuesto, es fundamental mantener en buen estado todos los filtros del vehículo. Algunos son determinantes para asegurar el correcto funcionamiento del motor, otros, como el del polen, son primordiales para garantizar una buena calidad del aire en el interior del vehículo. Por ello, es fundamental cumplir estrictamente con las exigencias prescritas por el fabricante en términos de mantenimiento de los filtros.