Un inyector es un componente del sistema de inyección cuya misión es pulverizar, de forma homogénea y en el instante preciso, una cantidad de combustible concreta hacia la cámara de combustión. Para el buen funcionamiento del vehículo y para evitar posibles averías, es imprescindible detectar a tiempo los síntomas de inyectores sucios y fallo de los inyectores, así como proceder a su limpieza cuando sea necesario.
Principales síntomas de inyectores sucios
Si los inyectores de un vehículo están en mal estado o sucios, pueden provocar diversos fallos en la combustión del motor, la cual cosa puede derivar en costosas averías.
Algunos de los síntomas de inyectores sucios más habituales son los siguientes:
- Testigo Check Engine encendido en el cuadro de instrumentos. Al encenderse este testigo en el cuadro de instrumentos, puede suceder que el vehículo se proteja y pierda potencia (cuando es así, se percibe un descenso en las revoluciones del motor y este no acelera con el mismo brío). Los vehículos actuales están equipados con sistemas electrónicos de autodiagnóstico que logran identificar, de forma eficaz, qué componentes no están trabajando correctamente.
- Golpeteo de uno o más cilindros. Otro síntoma de inyectores sucios o también un fallo en los inyectores que se puede percibir en el motor del vehículo es un ruido de picado o detonación con un matiz metálico. Al producirse esta falla, el motor deja de funcionar “de manera redonda” y comienza a vibrar. Este efecto puede deberse al agarrotamiento de la tobera del inyector.
- Sobrecalentamiento del motor. Si están sucios o en mal estado, existe la posibilidad de que alguno de los inyectores se quede siempre abierto, de forma que esté continuamente introduciendo combustible en la cámara de combustión. Esto provoca que aumente la temperatura del motor, sobrecalentándose e incluso pudiendo llegar a provocar una perforación en un pistón.
- Pérdida de potencia del motor. Si uno o varios inyectores fallan, tanto mecánica como eléctricamente, el motor pierde potencia de forma significativa. Este puede ser un claro síntoma de que los inyectores están sucios.
- Aumento del consumo de combustible. Denotar un aumento en el consumo de combustible del vehículo puede ser una consecuencia evidente de un mal funcionamiento de los inyectores o bien de que éstos estén sucios. Ya que, normalmente, el aumento del consumo de combustible se debe a que los inyectores se obstruyen y generan diferentes presiones en el circuito de la inyección.
- Aumento de gases nocivos y humos en el sistema de escape. Los sedimentos, químicos y otras partículas nocivas que puede contener el combustible se cristalizan en el proceso de quemado y pueden obstruir el inyector, afectando al buen funcionamiento del motor y emitiendo a la atmósfera humo de tonalidades azules o blancas.
- Ralentí inestable. Cuando los inyectores se encuentran sucios o deteriorados, es posible que la tobera del inyector se tapone parcialmente, afectando a su funcionamiento. Esto provoca que la inyección de combustible se realice de forma inadecuada, generando un ralentí deficiente e inestable.
- Fuerte olor a combustible. Cuando la tobera del inyector se tapona casi en su totalidad, es posible que el inyector trate de inyectar combustible y no sea capaz de hacerlo. Ante esta situación, puede darse el caso de que, al aumentar la presión en el circuito de inyección, se genere una fuga de combustible, lo cual se notará en el olor que desprende el vehículo.
- Dificultades en el arranque. Otro de los síntomas de inyectores sucios o en mal estado es que se pueden generar dificultades en el arranque del vehículo, al no producirse adecuadamente la chispa requerida.
- Tirones del vehículo. Si uno o más inyectores fallan o están sucios, es posible evidenciar en el vehículo un tironeo muy característico, casi siempre acompañado de bocanadas de humo en el sistema de escape.
¿Cómo prevenir averías en los inyectores?
Estas piezas requieren de un cuidado minucioso. De ahí la importancia, entre otros mantenimientos, de detectar los síntomas de inyectores sucios y actuar en consecuencia para evitar fallos en los inyectores. Para prevenir averías y aumentar su vida útil, se deben tomar en consideración una serie de pautas:
- No apurar el depósito de combustible. Resulta conveniente no apurar, en la medida de lo posible, el depósito de combustible. Si se circula con el vehículo con menos de ¼ de combustible, la bomba del depósito absorbe la suciedad y los sedimentos que se encuentran en el fondo del tanque de combustible, cosa que hace que sean transportados por todo el sistema de inyección.
- Sustituir el filtro de combustible según las indicaciones del fabricante. El filtro de combustible es un gran aliado en la protección del sistema de inyección, ya que evita que se ensucien y deterioren los inyectores.
- Evitar carburantes de baja calidad. Algunos carburantes poseen menos aditivos o aditivos menos efectivos que no consiguen lubricar correctamente los componentes del sistema de inyección.
Recomendación sobre inyectores sucios
Ante cualquiera síntoma de inyectores sucios o en mal estado, resulta fundamental identificar y resolver el problema lo antes posible, dado que una inyección de combustible errónea puede generar una avería grave en el motor.
En los vehículos de última generación, existe la posibilidad de realizar una codificación de los inyectores mediante máquina de diagnosis. Esta operación consiste en una calibración de los inyectores para equilibrar su funcionamiento, evitando un desgaste prematuro y paliando los desajustes ocasionados por el envejecimiento del motor.
Circular con los inyectores en buen estado no solo garantiza el buen rendimiento del motor, con ello se consigue también un ahorro importante de combustible, se expulsan menos partículas nocivas al exterior, mejora la vida útil del filtro de partículas, etc. Por todo ello, es fundamental prestar atención a los síntomas que los inyectores sucios pueden ocasionar durante el funcionamiento del vehículo.