Atrás quedaron los viejos métodos para pegar las lunas al vehículo: primero las fijaciones mecánicas, más tarde los junquillos de goma. Estas uniones presentaban algunos inconvenientes, necesitaban de un sellado adicional y en muchos casos el montaje resultaba caro. Pero como todo evoluciona, llegó la solución que en nuestros días es más habitual: el adhesivo para el pegado de lunas.
El adhesivo para el pegado de lunas con mejores características mecánicas es el poliuretano. Este material absorbe las vibraciones e impactos sin apenas sufrir tensiones para volver a su posición original. Los poliuretanos pueden ser de dos tipos:
- Monocomponentes. La polimerización va desde el exterior en contacto con el aire, al interior de la masa de adhesivo. La humedad atmosférica es la que determina si endurece o cura con mayor rapidez.
- Bicomponentes. La reacción de polimerización funciona en todas direcciones. Se mezcla el adhesivo con un catalizador, lo que produce una reacción que acelera el proceso.
Dureza, resistencia y elasticidad son las características a tener en cuenta para conocer su calidad. El fabricante proporciona varios datos acerca de su producto para que se pueda valorar su comportamiento mecánico. Uno de los conceptos más importantes para conocer la resistencia del pegado de una luna es el módulo de elasticidad del adhesivo.
El módulo de elasticidad es la relación entre el esfuerzo al que se somete al material y su deformación unitaria. En definitiva, el grado de rigidez del mismo. Cuanto mayor sea el módulo elástico, más seguro, pero siempre con excepciones ya que presentar un módulo altísimo no mejora la capacidad de impactos y vibraciones que sufre el vehículo durante su conducción. Además, si el módulo es muy alto la unión puede ser demasiado rígida y teniendo en cuenta que uno de los substratos presente una cierta fragilidad, el vidrio, éste podría llegar a quebrarse. En contrapunto, un módulo bajo significa que el elemento es demasiado elástico, lo cual lleva a que una vez sobrepasado su límite, si el esfuerzo que recae sobre él supera las fuerzas internas de cohesión, termina por producir rotura cohesiva en la unión de la luna al marco de la carrocería, produciendo problemas de sellado e incluso el desprendimiento del vidrio.
Al medirlo, se puede observar en muchos productos su clasificación. Los mejores adhesivos tienen clasificación HMLC (en inglés, High Module Low Conductivity). Esto significa que son módulos elásticos altos y con baja conductividad. La baja conductividad de la electricidad es apropiada para los adhesivos ya que se evita interferencias en el funcionamiento de antenas, teléfonos móviles, GPS y otros tipos de dispositivos.
Uno de los productos con mejor clasificación es el TEROSON PU 8597 HMLC, adhesivo estrella de uso universal. Tiene un tiempo de inmovilización de una hora según la norma FMVSS (en inglés, Federal Motor Vehicle Safety Standards) y de 4 horas según el test de impacto real europeo. Además, de su alto módulo elástico, ofrece buena resistencia al descolgamiento y no forma hilos durante su aplicación.
Pruebas de impacto real
Para certificar aún más la calidad de los distintos productos que hay en el mercado, éstos se someten a los crash tests o pruebas de impacto real. Los crash test sirven para ensayar la capacidad de protección de las distintas partes del coche, simulando un accidente. En el caso de las lunas, estos tests certifican como aptos los adhesivos en función del tiempo de curado necesario para aguantar un impacto sin que el parabrisas se desplace en ninguna porción de su perímetro con respecto a su posición en el marco de la carrocería.
En el caso de las lunas el tiempo de inmovilización (o curado) se ensaya según la prueba de impacto real FMVSS 208/212. Las pruebas de impacto real las realizan órganos de homologación como Euro NCAP o IIHSA americano y pueden ser de distintos tipos:
- Impacto frontal. La prueba más común, se suele realizar chocando el 40% del frontal del turismo a 64 km/h con una barrera deformable, en el caso del test europeo, y un choque del 100% del frontal del turismo a 50 km/h, en el caso del test Americano. Dentro de éste se suele realizar el llamado choque parcial, en el que el impacto lo sufre la mitad de la parte delantera del vehículo.
- Impacto lateral. Una barrera móvil deformable choca contra el lateral del vehículo. O bien se impacta el coche contra un poste de manera lateral.
- Roll over o prueba de vuelco. Se hace dar vueltas de campana al coche. Esta prueba es relevante para el pegado de lunas, ya que lo que se pretende es que la estructura capó-luna-techo quede lo menos dañada posible en caso de vuelco.
Todas estas pruebas son importantes para probar la idoneidad de un buen adhesivo para pegado de lunas porque éste ha dejado de ser simplemente un elemento para unir la luna a la carrocería. En los coches modernos los espesores de chapa son cada vez más ligeros para ahorrar en combustible. Así que el sellado es un elemento fundamental para mantener la rigidez estructural de la carrocería. Además, un buen sellado es una garantía para la resistencia a las torsiones mecánicas y vibraciones durante la conducción.
También porque condiciona el funcionamiento de otros elementos de seguridad como el airbag. Un mal sellado o instalación de la luna podría hacer que ésta saliera despedida y desplazara el airbag, que dejaría de realizar correctamente su función. En el caso de un vuelco si el parabrisas no aguanta, lo más probable es que el techo se hunda causando daños graves a los ocupantes del vehículo.