El turbo es un componente instalado en el sistema de escape del motor, entre el colector de escape y el tubo de escape, cuya misión es bombear el aire hacia el motor. Cuanto más aire recibe el motor, más eficiente es su funcionamiento: aumenta su potencia, se reduce el consumo de combustible y, por ende, disminuyen las emisiones contaminantes. Pero ¿qué sucede si algún componente se avería? Se puede optar por sustituir el componente afectado, sustituir el conjunto por una pieza nueva, o bien, sustituirlo por un turbo reconstruido, una alternativa más económica que la sustitución por una pieza nueva y la opción en la que se centra este artículo. A continuación, se explican las características de los turbos y los turbos reconstruidos.
Partes de un turbo
El turbo está compuesto por una turbina acoplada a una carcasa de escape en forma de caracola, por donde entra el aire proveniente del motor, y a una carcasa compresora, también en forma de caracola, por donde sale el aire hacia el motor. La turbina consta de dos ruedas helicoidales unidas por un eje acerado y soportadas por un sistema de cojinetes de apoyo (rodamientos). Este conjunto rotor está lubricado por el aceite del motor, que también funciona como refrigerante.
Los gases que salen del motor entran por la caracola de la turbina y hacen girar la hélice antes de evacuarse por el tubo de escape. El movimiento se transmite solidaria a la rueda del extremo opuesto a través del eje. Al girar los álabes de la rueda compresora a alta velocidad, se comprime el aire que entra al motor al hacerlo pasar por la caracola de salida. De esta forma, se consigue transformar el aire que entra a gran velocidad y a baja presión en aire a baja velocidad y alta presión.
Este aire, que ha entrado al compresor a temperatura ambiente, sale a 200 ºC aproximada. Al aumentar la temperatura del aire, disminuye su densidad y, por lo tanto, pierde potencia, por ello los fabricantes instalan un intercooler, un radiador que disminuye la temperatura del aire procedente del turbo a través de aire o agua.
Las revoluciones y el par del motor determinan lo rápido que gira el rotor del turbo. Con el motor al ralentí, la velocidad del rotor será mínima. Al introducirse más gases a través de la turbina, la velocidad del rotor incrementa.
Una turbina pequeña tiene una respuesta excelente a bajas revoluciones, pero a altas revoluciones gira en exceso, lo que hace incrementar demasiado la presión en el motor. Este giro excesivo se controla a través de una válvula de presión de soplado. Cuando la presión se acerca al máximo permitido, la válvula se abre para permitir que los gases sobrantes no pasen a través de la turbina y salgan directa al tubo de escape.
Características de los turbos reconstruidos
En ocasiones, no es necesario renovar un turbo completo y cabe la posibilidad de reconstruirlo. Los turbos reconstruidos, que también reciben el nombre de turbos de intercambio, conservan las carcasas del turbo de origen. Una vez ensamblado el turbo con los nuevos componentes, se realiza un ajuste según recomendación del fabricante y, posterior, es sometido a un test en un banco de pruebas especializado, para garantizar que la reconstrucción se ha realizado correcta.
Por lo general, esta reparación consiste en renovar el cartucho de las turbinas: el conjunto de ruedas helicoidales, el eje y el paquete de rodamientos (una de las partes más sensibles, ya que las aspas deben girar coordinadas y sin ningún tipo de holgura). Para ello, hay que desmontar el turbo del motor por completo y valorar qué partes están afectadas. Algunos de los síntomas más comunes que indican que el turbo sufre una avería son el humo de escape blanco, la presencia de ruidos en el motor y la pérdida de potencia.
A su vez, una escasa lubricación en el turbo puede causar un mal funcionamiento al crear holgura en el eje, con el gripado de los rodamientos y el desequilibrio del turbo como consecuencia. La entrada de cuerpos extraños en la turbinas y la contaminación del aceite motor también pueden generar daños internos en el turbo.
Existen numerosos talleres especializados en los turbos reconstruidos. No obstante, algunos fabricantes también ofrecen este servicio: recogen los turbos averiados, y abonan a los clientes un importe siempre y cuando adquieran turbos reconstruidos, los cuales gozan de las mismas garantías que los turbos nuevos. Así, los turbos averiados son reparados para convertirlos en turbos reconstruidos y ofrecerlos a otros vehículos.
Una vez tenemos el turbo reconstruido, testado e instalado en el vehículo, se deben atender a las siguientes precauciones:
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El turbo reconstruido debe estar lubricado correctamente. Por ello, antes de arrancar el motor, se debe hacer fluir el aceite hacia el interior del turbo por el conducto de lubricación.
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Como verificación final, se debe arrancar el motor, dejarlo funcionando al ralentí y verificar que la temperatura del aceite del motor se estabiliza para garantizar que no existe ningún tipo de fuga.
Consejos de mantenimiento
Aunque el mantenimiento preventivo realizado en taller es primordial, el usuario también juega un papel importante en la vida útil del turbo. Existen dos situaciones en las que la forma de actuar del conductor puede afectar a la durabilidad del turbo:
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Siempre se debe esperar a que la temperatura del aceite motor se estabilice antes de poner el motor en plena carga.
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Nunca se debe apagar el vehículo inmediata tras haber detenido la marcha. Es recomendable esperar un tiempo prudencial para evitar que el turbo continúe girando sin lubricación, ya que en el momento que se apaga el motor se corta el flujo lubricante.
El turbo es un componente sofisticado, preciso y eficiente, diseñado con tolerancias ajustadas. Es fundamental revisar el filtrado del aire para evitar la entrada de partículas que puedan adherirse en zonas funcionales y alterar los ajustes entre los componentes.
Por el mismo motivo, es fundamental respetar los tiempos establecidos para el cambio de aceite motor y controlar su nivel, recordando que siempre se deben utilizar aceites que cumplan con la especificación del fabricante. De este modo, se garantiza la lubricación tanto del motor como la del propio turbo.