Hoy os vamos a hablar de un elemento que cada vez incorporan más vehículos: el turbo. Se trata de un sistema de alimentación que ha evolucionado mucho con el paso de los años, desde los primeros turbos tradicionales hasta los turbos eléctricos para el coche.
¿Qué es el turbo de un vehículo?
Como ya sabéis, el turbo es un sistema de sobrealimentación que permite al vehículo obtener una potencia extra y aumentar su par, además de reducir el consumo. El sistema se compone de una turbina a la que llegan los gases del escape, los cuales son comprimidos y después enfriados por el Intercooler. La mayor cantidad de aire comprimido permite al vehículo obtener un plus de potencia, del mismo modo que si un golpe de aire nos empujase por la espalda mientras caminamos.
Los primeros motores turbo se usaron en el mundo de la competición durante los años 60 y 70, y posteriormente se fueron incorporando al mercado variantes de estos modelos. El turbo se ha usado en motores de combustión interna, principalmente diésel, y con el tiempo se le han introducido algunas mejoras como el Intercooler, que permite bajar la temperatura de los gases comprimidos.
Sin embargo, parece que la época de los turbocompresores mecánicos está dejando paso, poco a poco, a otra era, la de los turbos eléctricos.
El turbo eléctrico para coche: ¿cuáles son sus ventajas?
Si bien los vehículos eléctricos puros todavía no tienen un sector de mercado importante (de lo cual España es un claro ejemplo), sí es cierto que otros vehículos híbridos han demostrado las posibilidades de esta mecánica, que está resultando un puente entre los tradicionales motores de combustión interna y los eléctricos.
Hasta ahora, el turbo eléctrico para coche era un elemento exclusivo del mundo de la competición. El mercado tradicional temía su coste y, sobre todo, su fiabilidad. Ahora que los híbridos han demostrado sus buenos resultados y que la tecnología no resulta tan cara, cada vez más marcas van a empezar a apostar por el turbo eléctrico. Algunas ya se pusieron manos a la obra hace tiempo, como BMW, que patentó su primer turbo eléctrico en 2011.
Los turbos eléctricos para coches funcionan de forma similar a los turbos tradicionales, sin embargo, en lugar de turbina incorporan un segundo turbocompresor alimentado por un pequeño motor eléctrico, lo que le permite entregar un par motor alto incluso a regímenes bajos.
Las ventajas de este turbo eléctrico son precisamente algunos de los puntos negros del turbo tradicional, como es la completa eliminación del LAG, esto es, el lapso de tiempo que pasa desde que se pisa el pedal hasta que el turbo entrega la potencia. Por otro lado, al funcionar de modo más eficiente se reduce también el consumo.
Sin embargo, de momento no todo son ventajas, ya que, los turbos eléctricos son costosos y pesados, y un Twin Turbo podría actualmente ofrecer un rendimiento muy similar a un coste bastante menor.
¿Qué opinas del turbo eléctrico para coche? ¿Crees, como la mayoría de expertos sostiene, que una vez que lleguen al mercado desbancarán a la mayor parte de sistemas tradicionales?