Las ruedas cristalizadas son aquellas cuyo caucho se ha endurecido y agrietado, lo que supone una pérdida de las propiedades mecánicas del mismo y que, por lo tanto, los neumáticos pasen a ser inservibles. Las ruedas cristalizadas se pueden detectar por las estrías que aparecen en su flanco.
La cristalización de los neumáticos puede producirse por múltiples factores, como pueden ser el paso del tiempo, la radiación solar, los cambios de temperatura, el envejecimiento natural del neumático, la incorrecta manipulación en el transporte, el modo inadecuado de almacenamiento, etc.
Síntomas de desgaste de unas ruedas cristalizadas
Unas ruedas cristalizadas presentan una serie de síntomas que pueden alertar de esta situación:
- Pérdida de adherencia y de estabilidad, que ocasiona una falta de precisión en la dirección.
- Incremento de la distancia de frenado. Si se pierde adherencia por culpa de unas ruedas cristalizadas, la distancia de frenado se ve afectada por el deslizamiento de los neumáticos sobre el firme.
- Aumento del consumo de combustible por la ineficacia del neumático para adherirse al asfalto.
- Vibraciones al circular. El deslizamiento del neumático contra el suelo, sumado a la dureza excesiva del mismo, provoca daños sobre la goma (normalmente en forma de planos). Esto ocasiona vibraciones al circular con el vehículo.
- Pérdida de elasticidad del neumático. La goma de unas ruedas cristalizadas pierde las propiedades que le permiten adaptarse a las irregularidades del terreno y esto aumenta el riesgo de sufrir un reventón o un pinchazo (de mayor envergadura que un pinchazo en condiciones normales del neumático).
- Mayor posibilidad de “aquaplaning”. Si el neumático pierde agarre sobre el firme, aumentan las posibilidades de sufrir este efecto.
¿Los neumáticos tienen caducidad?
Los neumáticos son un elemento de desgaste fabricado principalmente en caucho y no poseen fecha de caducidad establecida por el fabricante. No obstante, con el paso del tiempo, sí sufren una pérdida importante de sus propiedades y, por lo tanto, no pueden ofrecer las mismas prestaciones, especialmente si se agrietan, como les pasa a las ruedas cristalizadas.
Existe un dato importante a tener en cuenta a la hora de instalar un neumático: la fecha de fabricación. Esta fecha se puede leer en el flanco del neumático donde, tras las siglas DOT (department of transportation), se detalla la trazabilidad del producto. En concreto, la fecha de fabricación se corresponde con un código numérico de 4 dígitos: los dos primeros hacen referencia a la semana de fabricación y los dos siguientes al año de fabricación.
Es un dato importante ya que, si el neumático tiene muchos años, ha corrido más riesgos de haber sido “castigado” por lo diversos factores capaces de dañarlo y, por lo tanto, tiene mayor posibilidad de cristalizarse.
En el ejemplo de la imagen se puede observar una codificación de un neumático que especifica que ha sido fabricado en la semana 33 del año 2012.
En función del país de comercialización, se pueden encontrar legislaciones sobre neumáticos muy diferentes. En la Unión Europea, el reglamento CE N.O. 1222/2009 del Parlamento Europeo del Consejo requiere que todos los neumáticos fabricados después del 1 de junio del año 2012 y comercializados en la Unión Europea a partir del 1 de noviembre de 2012 contengan una etiqueta con información específica para el consumidor. La información contenida es la siguiente:
- Eficiencia energética. Una mayor eficiencia energética se consigue con una menor resistencia de rodadura.
- Adherencia sobre suelo mojado. Este aspecto es primordial, dado que está relacionado con la capacidad de frenado en mojado, la cual es fundamental para la seguridad vial.
- Ruido durante la rodadura. Este dato indica los decibelios exteriores emitidos por el neumático cuando rueda. Es un aspecto que debe tenerse en cuenta para reducir la contaminación acústica.
Recomendaciones
Aunque los neumáticos no tienen fecha de caducidad, no es aconsejable usarlos si tienen más de 10 años. A partir del quinto año de fabricación, es recomendable que se vigile su estado y esta revisión debe ser efectuada por un especialista. Conviene revisar el flanco interior, exterior y la banda de rodadura del neumático, así como su dureza, para evitar circular con unas ruedas cristalizadas. La red de talleres especializada en neumáticos Driver Center, es un claro ejemplo de la importancia de una revisión profesionalizada de este elemento de seguridad.
La instalación de neumáticos de segunda mano no es acertada, dado que no se conoce la procedencia del neumático, ni el uso que ha llevado, ni el estado de almacenamiento del mismo.
Por otro lado, mantener el vehículo con la presión del neumático recomendada por el fabricante ayuda a mantener la estabilidad en el vehículo y evita que el neumático se desgaste de manera prematura.
También es importante realizar un equilibrado de ruedas en el tiempo y la forma adecuados para que la vida del neumático no se vea afectada. Ya que, si las ruedas no se encuentran correctamente equilibradas, pueden llegar a provocar vibraciones durante la conducción, causando un desgaste acelerado de los neumáticos.
Todas estas recomendaciones, sumadas a las buenas prácticas de almacenamiento de los neumáticos en los talleres o almacenes, ayudan a evitar que los vehículos circulen con ruedas cristalizadas y, por lo tanto, contribuyen a garantizar una conducción óptima y segura.