El mundo empresarial se ha convertido en una amalgama de impactos visuales y sonoros para los clientes. En la actualidad, en cualquier negocio, el cliente cuenta con una cantidad excepcionalmente elevada de opciones. Por ello, cuando uno monta un taller debe saber que se expone a una fuerte competencia.
Si emprender es una decisión complicada, saber hacerlo bien, lo es aún más. Uno de los mayores errores que se puede cometer a la hora de gestionar un taller es el de descuidar un aspecto fundamental: potenciar sus fuentes de ingresos.
A muchos el marketing les parece algo prescindible, pero es la herramienta que más puede ayudar a la prosperidad y buena marcha del taller. Gracias al marketing, puedes conseguir fidelizar a los clientes que ya tienes, y conseguir nuevos. De nada te va a servir ser el mejor profesional si no sabes vender tu trabajo. Y para ello, debes grabar a fuego las dos palabras sobre las que debe girar todo plan de marketing: cliente e imagen.
El cliente es tu objetivo principal, su satisfacción es la que va a hacer que tu taller alcance sus mejores cotas. Pero también puede hacer que te vaya mal, así que cuídalo. Si crees que con dar un buen servicio el cliente queda satisfecho, aplica el marketing a la ecuación y el resultado será aún más excelente.
Elabora programas de fidelización, con ofertas, con descuentos, programas de puntos, por ejemplo. Ofrécele promociones que le puedan interesar, haz una ficha de seguimiento, trátalo de la mejor manera. Ya has hecho un buen trabajo, ahora remátalo. Las promociones pueden ir encaminadas tanto a actuales clientes como a potenciales. Es una forma para que los que aún no lo son, conozcan tu taller. Si lo que quieren es que muestres interés en ellos, sorpréndeles: con regalos, con ofertas, etc. Haz que quieran volver al taller.
Para ello, el trato es muy importante, un trato cordial, afable, de servicio. Convierte al cliente en tu mejor embajador, en tu mejor vendedor. Cuidar bien a un cliente, va a hacer que te recomiende, que hable bien de ti y esa es la mejor publicidad que puedes conseguir.
Fidelizando a los clientes, consolidarás tu marca y eso te llevará a conseguir mejores resultados. Una vez te has hecho un nombre gracias a tu buen servicio y el excelente cuidado de tus clientes, el marketing del taller debe encaminarse a promocionar esa marca. Empieza por el propio taller, cuida de la cartelería, hazla atractiva y visible.
Hoy en día, es vital tener presencia en Internet. Las redes sociales y una página web son herramientas que también van a permitir que te des a conocer. Además, ofreces a tus clientes nuevas vías de comunicación contigo. Todo en aras de conseguir posicionar tu nombre como un taller al que nadie se arrepiente de ir.
Si crees que no es importante, pregunta a cualquier otro taller que esté creciendo. Si no eres un experto en marketing, bájate esta guía o consulta con alguna agencia. Todas estas acciones las puedes llevar a cabo con un plan de marketing adecuado que va a significar un impulso para tu taller.
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