Conseguir que los trabajadores se encuentren cómodos y felices en el puesto de trabajo aumenta su rendimiento y, por tanto, redunda en beneficio del taller. La mejora de la productividad es un objetivo constante. Un buen ambiente laboral contribuye de manera muy significativa a este objetivo. La música es un elemento a tener en cuenta en la generación de un ambiente laboral agradable, lo agradecerán tus trabajadores y tu negocio.
Los talleres son lugares en los que la contaminación sonora es evidente. Los sonidos muy elevados pueden causar estrés en las personas. De ahí que en la realización de ciertos trabajos sea necesaria la utilización de protección auditiva. En la zona de trabajo se puede utilizar la música en el taller para enmascarar, en cierto modo, los sonidos molestos de la labor diaria. Pero esa forma de disimular los ruidos no significa que la música deba estar en niveles muy elevados. Simplemente lo suficiente como para que los ruidos no suenen muy por encima de la música. Además, es un lugar en el que entran clientes, con lo que la música demasiado elevada puede llegar a ser molesta.
Para el oído humano un sonido permanente es perceptivamente menos estresante que los sonidos fuertes inconstantes. Mantener la música toda la jornada acostumbra el oído y hace que el resto de ruidos del trabajo no afecten tanto al estado de concentración e incluso a la salud del trabajador.
Si el taller dispone de recepción, intenta que la música sea más tranquila. Puedes optar por melodías ligeras y sosegadas, que ayuden a que el cliente se relaje y le inviten a quedarse. Por supuesto, el nivel sonoro debe estar en unos picos que permitan un tono de conversación normal.
Con un buen hilo musical también causarás una muy buena impresión a tus clientes. Este consejo y muchos más los encontrarás en la guía La atención personal, clave en la gestión del taller.
No toda la jornada se debe poner la misma música. Sabido es que influye en el ritmo de las personas, por eso para la música en el taller es recomendable empezar la jornada con mucha caña. Una música animada ayudará en esas primeras horas complicadas después de madrugar. Y cuando se haya cogido el ritmo de trabajo, rebajar la música a niveles más pausados, sin perder la regularidad. Utiliza la música en el taller como vehículo para aumentar o disminuir el ritmo de trabajo.
Qué tipo de música elegir
El tono y la melodía son importantes, pero al poner música en el taller hay que tener en cuenta algunas consideraciones. A continuación, te damos algunas recomendaciones para conseguir un ambiente laboral agradable en el taller:
- Canciones sin letra. El cerebro se concentra en la letra de la canción y se distrae del trabajo que está realizando el empleado, y hay trabajos que necesitan de una concentración absoluta.
- Temas desconocidos. Si se necesita concentración, la música conocida puede distraer, ya que el cerebro comenzará a centrarse en la canción. En trabajos que requieren de menos concentración, cantar puede ayudar a aliviar tensiones.
- Género. Siempre se ha considerado a la música clásica como la apropiada para estimular el cerebro. Las versiones instrumentales de canciones o las bandas sonoras son una elección perfecta. Ayudan de forma extraordinaria a la productividad.
- Conocer a los empleados. La elección de la música también ha de hacerse en función de los empleados. Evitar que las canciones o la música escogidas afecten emocionalmente al trabajador. Puedes tener la canción con un ritmo que parezca apropiado, pero cuya letra evoque sentimientos negativos o traiga recuerdos a alguno de los trabajadores.
En general, lo mejor es elegir la música para generar sentimientos positivos en los cerebros y romper con la monotonía y, en algunos casos, con la molestia del ruido en el taller. Y tú, ¿qué música eliges? ¿Qué canciones te gusta que suenen en tu taller para hacer el trabajo diario más ameno? Déjanos tu comentario :)
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Con un buen hilo musical también causarás una muy buena impresión a tus clientes. Este consejo y muchos más los encontrarás en la guía La atención personal, clave en la gestión del taller.
