La fuga de agua en los bajos del vehículo puede ser un indicativo de que el vehículo presenta algún tipo de avería. Ante esta situación, es primordial determinar si, efectivamente, el coche pierde agua a causa de una avería y, en dicho caso, valorar si el vehículo puede circular. Para ello, es necesario localizar el origen de la fuga y comprobar qué tipo de líquido está perdiendo.
4 situaciones en las que el coche pierde agua: síntomas y solución
Un coche puede perder agua por diversas causas. En algunos casos, puede deberse a averías, pero no necesariamente. A continuación se exponen cuatro de las situaciones más comunes de fugas de agua por los bajos del vehículo.
Fuga por los eyectores de lavafaros
Algunos vehículos vienen equipados con lavafaros delanteros, como es el caso de ciertos modelos con luces de xenón. El sistema de estos vehículos demanda agua al depósito limpiaparabrisas. Al accionar el botón, o al accionarse el mecanismo automáticamente, se descubre una tobera inyectora de agua para limpiar exteriormente los faros y permitir una mejor visión y un mínimo deslumbramiento.
En numerosas ocasiones, este sistema pierde la estanqueidad debido a grietas provocadas por impactos en la defensa delantera, a causa de la rotura de alguna parte de la tobera o debido al deterioro de algunos componentes como, por ejemplo, las juntas tóricas.
Si el circuito se queda sin agua, el testigo de líquido lavaparabrisas se enciende en el cuadro de instrumentos. La fuga de agua se localiza bajo la defensa delantera, pero no es grave, el vehículo puede circular sin ningún riesgo. No obstante, es recomendable reparar la fuga cuanto antes para que la avería no se agrave.
Fuga en la bomba de agua
La bomba de agua del motor es uno de los componentes más importantes en la refrigeración del motor, ya que su función principal es evitar el calentamiento del motor mediante el bombeo de líquido refrigerante.
Este componente está situado en el motor y consta de una turbina, una polea y un eje montados sobre un rodamiento y compactados en una carcasa mediante una junta tórica.
Una fuga considerable en la bomba de agua se evidencia por un charco debajo del vehículo en la zona delantera del motor. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el color del líquido refrigerante puede verse alterado al caer a través del motor, debido a suciedad acumulada, lo cual puede dificultar la detección exacta del tipo de líquido y, por tanto, del origen de la fuga.
En este caso, hay que comprobar si, en el cuadro de instrumentos, se enciende el testigo del nivel de refrigerante o si aumenta la temperatura del motor en exceso (más de 90 ºC). La avería también puede manifestarse por medio de pequeños ruidos estridentes metálicos de rozamiento producidos por la hélice de la bomba de agua debido a la falta de líquido o por medio de ruidos de gripado de la polea.
Ante esta situación, no se debe circular bajo ninguna circunstancia para evitar daños internos en el motor, por lo que es necesario trasladar el vehículo en grúa hasta el taller de confianza.
Fuga del líquido refrigerante por el radiador de refrigeración
El radiador del líquido refrigerante es un componente muy importante para el correcto funcionamiento del motor, ya que es el elemento encargado de mantenerlo en las condiciones de temperatura adecuadas. Por este motivo, es esencial supervisar este componente en cada mantenimiento preventivo. Verificar la ausencia de fugas de agua, tanto en el radiador como en los manguitos, y asegurar la limpieza del circuito evitará futuras averías del motor.
Si existe una fuga por el radiador, la pérdida de líquido se localiza debajo de la defensa delantera. Este tipo de avería también es grave y exige el traslado en grúa al taller.
Condensación del sistema del aire acondicionado
Una fuga de agua en los bajos del vehículo no tiene por qué tratarse de una situación de alerta. Un ejemplo de ello es el charco de agua bajo el vehículo, que puede deberse al efecto de la condensación del sistema del aire acondicionado.
Las tuberías del aire acondicionado transportan aire muy frío en su interior y, cuando la temperatura exterior es alta (a partir de los 25°C aproximadamente), el vapor se condensa y forma pequeñas partículas de agua que se precipitan y forman un charco en el suelo a la altura de la parte trasera del motor.
No es necesario llevar a cabo ningún tipo de actuación en este caso, ya que no se debe a ninguna anomalía, sino que forma parte de un funcionamiento normal del vehículo.
Recomendación
Las situaciones expuestas son solo algunos de los casos más usuales en los que se puede detectar que el coche pierde agua en los bajos del vehículo. Para evitar las fugas de agua debidas a averías es aconsejable cumplir con los preceptos de mantenimiento de los componentes del vehículo recomendados por el fabricante. No obstante, también es importante saber valorar adecuadamente el tipo de líquido de la fuga para averiguar el alcance de la avería y evitar daños potenciales.