Al igual que para Salvador Dalí los pinceles eran su herramienta de trabajo, para los pintores de vehículos las pistolas de pintura son su principal recurso a utilizar en su jornada diaria en el taller. Es por ello que se debe dedicar tiempo a elegir la más adecuada para hacer un trabajo impecable.
La pistola de pintura pulveriza pintura o barniz a través del aire a una superficie. Los sistemas más comunes utilizan gas comprimido para que el material salga con la presión correcta.
La pistola de pulverización es la evolución de los tradicionales aerógrafos empleados para realizar trabajos al detalle. Estas pistolas, en cambio, se utilizan para grandes superficies y pueden ser de uso manual o automáticas. Además, disponen de boquillas intercambiables para cambiar el patrón de pulverización.
Los orígenes de la pistola de pintura se remontan a 1887 y provienen de Estados Unidos. Durante años, fueron cambiando el diseño hasta que en 1907 el hijo del Dr Allen DeVilbiss mejoró el invento de su padre creando la primera pistola de pintura manual que utilizaba aire comprimido. La compañía fundada por Dr Allen DeVilbiss todavía existe en la actualidad y de hecho es el líder mundial en pistolas pulverizadoras convencionales.
¿Qué tipo de pistolas hay en el mercado?
- Pistolas de gravedad: destacan por tener un depósito en la parte superior en el que se encuentra la pintura. Al colocar el depósito existirá un mejor flujo de pintura por el efecto de la gravedad. Se utilizan para un acabado fino, o para lacas. Suelen estar recubiertas de teflón para evitar que la pintura se pegue al cuerpo. Las pistolas profesionales suelen tener el cuerpo de aluminio para poder facilitar su limpieza.
- Pistolas de gravedad (HVLP: High Volumen, Low Pressure): similares a las anteriores, se diferencian por el mecanizado de piezas interiores. El objetivo de éstas es lograr un mejor rendimiento, logrando una reducción de hasta el 75% la pérdida de pintura por dispersión.
- Pistolas de succión: incorporan un depósito en la parte baja de la pistola, así que en lugar de actuar por gravedad funcionan por succión absorbiendo la pintura gracias al efecto venturi.
- Trans-Tech o híbridas, con un aumento de presión respecto a las HVLP, pero manteniendo las ventajas económicas de ahorro de pintura.
Partes y mantenimiento de una pistola de pintura
La parte más importante de una pistola es el cabezal de aire, donde se mezclan aire y pintura. Dependiendo del diseño y tamaño de esta pieza variará el consumo de pintura y la calidad de pintado. El cabezal es la pieza que determina la diferencia de precio entre una pistola buena y una de menor calidad.
Los cabezales de una pistola HVLP tienen un orificio de salida más grande que el de su equivalente Trans-Tech, por lo que a igual presión saldrá un mayor volumen de líquido, aunque no se equipara a la presión de las pistolas Trans-Tech.
Otra pieza clave de la pistola es el conjunto formado por el pico y la aguja, que actúa como válvula de paso y dosificación de la pintura.
En la parte posterior encontraremos el regulador de pintura, cuanto más apretado se encuentre menos pintura saldrá. También existe otro que permite variar la forma del chorro de pintura.
En cuanto a su mantenimiento y limpieza debemos ser minuciosos, e ir desmontando y lubricando las partes de la pistola una a una. Cuando hacemos un correcto mantenimiento, una pistola nos puede durar toda la vida. En cambio, si un día nos olvidamos de limpiar, por ejemplo, el barniz, es fácil que ya no pinte correctamente.