Los puntos de soldadura eléctrica por resistencia constituyen el sistema de fijación más empleado en fábrica para la unión de los elementos soldados de las carrocerías de acero. Por ello, siempre que se proceda a sustituir un componente estructural o de piel que vaya soldado con este método de soldadura, el profesional del taller ha de tener en consideración que útiles permiten efectuar esta operación, así como las peculiaridades de cada uno de ellos.
Los puntos de resistencia generalmente están ubicados por todo el perímetro de una pieza, de forma que quedan cubiertos por las gomas de estanqueidad, por elementos que revisten la carrocería, o por pinturas como los revestimientos antigravilla. En este último caso, es necesario cepillar la zona para descubrir el punto y poder eliminarlo.
Los métodos que permiten la eliminación de este tipo de soldadura son los que a continuación se enumeran y veremos en detalle:
- Mediante taladrado con broca específica
- Mediante limado con lijadora de banda
- Mediante fresado
- Mediante cincelado
Eliminación del punto mediante taladrado con broca específica
Se trata de una broca especial con un ángulo de punta casi plano (entre 1 y 3 grados) dotada de dos, tres y hasta cuatro aristas de corte. El ángulo tan reducido facilita el taladrado del punto sin profundizar en exceso en la chapa inferior, reduciendo así el daño sobre el componente que no va a ser sustituido. Sin embargo, la introducción de varias aristas de corte facilita el taladrado en los aceros más duros (aceros al boro).
Las brocas de despuntear tradicionales se fabrican con aceros HSS rápidos, aunque la introducción de los aceros de alta, muy alta y ultra alta resistencia en las carrocerías modernas obliga a disponer de brocas que sean capaces de taladrar estos aceros, mostrando unos niveles de resistencia al desgaste y vida útil superiores. Por ello, los fabricantes introducen en el proceso de fabricación de la broca aleaciones como el carburo de tungsteno o el cobalto. También es frecuente que incluyan tratamientos de mejora como los recubrimientos TIN (con nitruro de titanio).
Este método destaca por su rapidez, por la fiabilidad y limpieza de taladrado que ofrece, y sobretodo porque daña en menor medida la chapa inferior cuando se monta sobre una despunteadora provista con control de la profundidad de corte. Su principal inconveniente es el alto precio de las brocas y de la despunteadora, así como la pérdida de poder de corte cuando no se utiliza de forma adecuada.
Para taladrar el punto es fundamental tener en cuenta las siguientes precauciones:
- Granetear el centro del punto para evitar que la broca patine (las brocas modernas ya no lo requieren).
- Ajustar la profundidad de corte.
- Aplicar aceite de corte para potenciar el taladrado y refrigerar la broca.
- Trabajar a bajas revoluciones para que la broca no pierda poder de corte.
- Mantener la broca perpendicular a la pieza que se va a taladrar.
- Ejercer una ligera presión.
- Realizar pausas para evitar el sobrecalentamiento de la broca.
Eliminación de punto mediante limado con lijadora de banda
En este caso el elemento que elimina el punto es una lija continua en forma de banda. La lija integra un grano cerámico de óxido de aluminio que ofrece un gran poder de corte con reducido aporte de calor. El ancho de la lija suele ser de 5mm, y los granos de lija más frecuentes son P-36, P-60 y P-80.
La lija se coloca tensada sobre dos rodillos opuestos y giratorios de una lijadora de banda neumática (también puede ser eléctrica). Al accionar la lijadora, los rodillos giran haciendo que la banda de lija se desplace de forma ininterrumpida para limar el punto de resistencia por la fricción continuada.
Las principales ventajas de este sistema son la durabilidad del abrasivo empleado, su sencillez de manejo, y la posibilidad de ser utilizada para limar las soldaduras realizadas. Sin embargo, la adquisición de una lijadora de banda es costosa y el acabado es menos limpio, preciso y controlado que el obtenido por las brocas de despunteado.
Para eliminar el punto de soldadura, basta con acercar el extremo de la lijadora a dicho punto manteniendo una inclinación de la herramienta de 45º.
Eliminación de punto mediante fresado
Otra forma de destruir el punto de resistencia es a través del uso de fresas. Para ello, se puede utilizar una fresa rotativa esférica o semiesférica, o una fresa circular de campana.
La fresa esférica o semiesférica está fabricada con metales duros (carburo de tungsteno, cobalto, titanio, niobio, etc.) con el objetivo de garantizar un elevado poder de corte y durabilidad. La punta de la fresa dispone de un dentado específicamente estudiado para lograr un acabado fino que evite que la herramienta se trabe o dañe en exceso el metal. Su principal inconveniente es que la geometría cilíndrica de la punta obliga a profundizar más en el panel inferior para conseguir una eliminación completa del punto de resistencia.
Para eliminar el punto basta con acercar, con cierta inclinación o perpendicularmente, la punta de la fresa a la soldadura, con la precaución de ir verificando el avance del fresado.
En relación a la fresa de campana, este es un útil que dispone de una corona dentada hueca montada (tiene despiece y recambio) sobre un cuerpo metálico, y que incluye un eje de centrado en su interior.
Con el giro de la fresa, cuando se monta en un taladrado, se come el perímetro del punto, anulando la fijación. A pesar de ello, como la corona es hueca y solo actúa sobre el perímetro del punto, siempre es necesario limar a posteriori el material residual con una radial y disco de desbaste. Además, este sistema requiere que el punto de resistencia sea graneteado, y que se mantenga la perpendicularidad del útil durante el fresado. Por otro lado, si no se monta sobre una despunteadora no existe control en la profundidad de corte.
Eliminación de punto mediante cincelado
Por último, el punto de soldadura puede ser eliminado a través de la acción del filo cortante de un cortafrío de carrocero cuando es golpeado con un martillo. Este sistema no es recomendable como consecuencia del daño que provoca sobre el metal, si bien es cierto que es el complemento perfecto para finalizar el despunteado en aquellos casos en los que, empleando otros útiles, el punto de resistencia no se ha podido eliminar completamente.
Para ello, se intercala el cortafrío de forma oblicua (unos 45º) entre los dos paneles unidos hasta que haga tope con la superficie que aún sigue soldada. A continuación, se golpea el cortafrío repetidamente hasta obtener la separación definitiva. Además, el cortafrío también facilita el despegado de los paneles cuando es intercalado perpendicularmente, y golpeado en su lateral para que se desplace a través del perímetro de los mismos.
Conclusión final
Los sistemas para eliminar un punto de resistencia son diversos, de forma que cada uno queda definido por unas ventajas y unos inconvenientes que determinan el rendimiento final del útil, y la incidencia que puede tener en la productividad obtenida y los resultados conseguidos.