En otros artículos ya hemos comentado lo importante que es utilizar un buen fijador de roscas para evitar el auto aflojamiento en las mismas. Sin embargo, hay otro elemento que también contribuye mucho en la eficacia de las fijaciones. En este caso, no se trata de ningún producto, sino de una herramienta: la llave dinamométrica.
¿Qué es una llave dinamométrica?
La llave dinamométrica es una herramienta manual, similar a una llave de carraca común. Al igual que ésta, tiene dos partes principales: el mango y la cabeza, que puede ser intercambiable. Sin embargo, la llave dinamométrica cuenta con una diferencia básica respecto a la llave de carraca: permite ajustar el par de apriete.
Es una llave basada en el sistema de par de fuerzas, es decir, aplica dos fuerzas paralelas e iguales entre sí sobre un elemento, permitiendo así su rotación (o torsión en el caso de otros materiales).
¿Para qué se usa la llave dinamométrica?
A la hora de apretar un tornillo, a veces no estamos seguros de si nos hemos pasado o nos hemos quedado cortos. La llave dinamométrica permite ajustar este par de apriete, de manera que siempre estará entre los valores recomendados por el fabricante.
Simplemente se establece un par de fuerzas determinado en la llave y, al llegar al punto elegido, el seguro saltará evitando que la tuerca se pueda apretar más. Este par de apriete se mide en newtons/metro (NM).
En ocasiones lo más útil es comenzar con una llave normal y terminar de darle el grado justo de apriete con la dinamométrica. Hay que señalar también que la llave dinamométrica se usa solo para apretar tornillos, nunca para aflojarlos.
Tipos de llaves dinamométricas
Las llaves dinamométricas ofrecen distintas soluciones dependiendo de la cabeza que se les acople o el par de apriete que pueden llegar a dar. En cualquier caso, si hablamos de llaves dinamométricas a nivel general podemos encontrarnos con estos tipos:
- De salto: son las más comunes. Funcionan mediante un nonio, el cual se ajusta para que la llave pierda tensión al alcanzar el apriete seleccionado. De esta forma, el mecanismo “salta” y la llave deja de apretar.
- Digitales: cada vez más utilizadas. Permiten realizar las mediciones electrónicamente y mostrarlas en una pantalla electrónica. Muchas avisan mediante vibración o sonidos cuando se ha llegado al par de apriete adecuado.
- De reloj: similar a la anterior, pero en versión analógica. La medición se realiza a través de una aguja móvil que se desplaza en una esfera de reloj.
Las llaves dinamométricas pueden descalibrarse si reciben golpes, con lo cual es importante tratarlas con cuidado y tenerlas bien guardadas en la caja de herramientas correspondiente para que no pierdan su eficacia. Cuida de tus herramientas para obtener siempre los mejores resultados.