Limpieza y pulido de faros

Por Ruta 401

Los faros son un elemento imprescindible para conducir. Gracias a ellos, el conductor ve lo que pasa a su alrededor cuando hay poca luz o las condiciones climatológicas son adversas. Además, la luz que emiten permite que el vehículo sea visible para el resto de usuarios de la calzada. Eso sí, para garantizar que puedan cumplir su función, pulir y limpiar los faros es una tarea de mantenimiento esencial.

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Del mismo modo, realizar estas tareas cuando los faros están deteriorados es importante  para conservarlos en perfecto estado. Además, que las ópticas del vehículo estén en buenas condiciones es un criterio tenido en cuenta en las inspecciones técnicas que puede hacer que el vehículo no obtenga un informe favorable.

Factores que deterioran una tulipa

Las tulipas de los faros están fabricadas con policarbonato, un material plástico termoplástico que les confiere una elevada transparencia y transmisión de la luz, además de una buena resistencia a impactos. Sin embargo, el policarbonato es sensible a ciertas agresiones externas que hacen que tienda a amarillearse y volverse opaco, lo que reduce su capacidad para dejar pasar la luz.

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Los principales motivos que provocan el desgaste y deterioro de la tulipa del faro son los siguientes:

  • Exposición prolongada a factores climatológicos: calor, lluvia, rocío, salinidad, etc.

  • Uso de productos agresivos para la limpieza del coche.

Proceso genérico para pulir y limpiar faros  

El proceso que se debe seguir para restaurar un faro depende fundamentalmente del alcance del daño que presente. Así pues, de forma general, se pueden dar estas tres situaciones:

  • El faro está ligeramente amarilleado y bastará con un pulido.

  • La tulipa está amarilleada y muestra algo de opacidad. En este caso, será necesario efectuar un lijado previo que permita eliminar el deterioro.

  • La tulipa está completamente amarilleada y se requiere un proceso de lijado y de lacado o vaporizado mediante polímero líquido.

Proceso de pulido

El proceso que se debe seguir cuando el faro únicamente requiere un pulido es el siguiente:

  • Limpiar los faros con agua, jabón y una bayeta de microfibra, como TEROSON ET 195, o una esponja.

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  • Desengrasar la tulipa con un desengrasante como TEROSON VR 20 para eliminar cualquier resto de grasa o de suciedad incrustada.

  • Enmascarar las piezas adyacentes para no dañarlas y evitar que se ensucien con las salpicaduras de los pulimentos.

  • Preparar la máquina de pulir, las boinas de pulido y los pulimentos de corte rápido, y de abrillantado.

  • Colocar la boina de pulido sobre la pulidora y regular el régimen de revoluciones (la máquina no debe ir revolucionada, basta con que gire a unas 600 RPM).

  • Escoger un pulimento de corte rápido, como TEROSON WX 157 HP HEAVY CUT, que sea capaz de ofrecer un mayor poder abrasivo para eliminar el daño de forma eficaz.

  • Aplicar un pequeña cantidad de pulimento sobre la tulipa y con la ayuda de la boina repartirla por toda la superficie.

  • Iniciar el pulido con la boina sobre la tulipa del faro describiendo movimiento en varias direcciones y a una velocidad relativamente lenta.

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  • Eliminar los restos de pulimento de corte rápido con un trapo de microfibra.

  • Comprobar que la anomalía ha desaparecido. Si no fuese así, repetir el proceso de pulido.

  • Quitar la boina de pulido y limpiarla con agua limpia.

  • Colocar una boina de abrillantado, como TEROSON ET 193, sobre la máquina pulidora.

  • Coger un pulimento de abrillantado, como TEROSON WX 178 HP, para restituir el brillo de la óptica. Colocarlo sobre la tulipa, repartirlo por toda su superficie e iniciar el abrillantado de la misma forma que la mencionada para la pasta de pulir de corte rápido. Para aportar un plus de calidad a la reparación, se pueden emplear abrillantadores polifuncionales, como TEROSON WX 189, que, además de abrillantar, aportan protección ante ciertos agentes climatológicos (no a los rayos UV) a largo plazo.

  • Limpiar los restos de abrillantador con un bayeta de microfibra.

  • Limpiar la boina de abrillantado con agua limpia.

  • Limpiar los faros y verificar que ha recuperado su estado original.

Proceso de lijado y pulido

Cuando el amarilleado que presenta el faro es algo más significativo, es posible que con un pulido no baste. En estos casos, el proceso se inicia con un lijado previo que aporte un poder abrasivo mayor que el de las pastas de pulir. El proceso que se debe seguir es el siguiente:

  • Limpiar los faros y desengrasarlos.

  • Enmascarar las piezas adyacentes para evitar daños sobre ellas.

  • Iniciar la corrección del daño lijando la superficie con una rotorbital de 75 mm y órbita 3, y discos abrasivos P-800 o P-1000. Se debe insistir lo justo en el daño para no comer demasiado material y eliminar la capa de protección del policarbonato.

  • Soplar y limpiar la superficie para verificar que el daño ha desaparecido. Si no fuese así, repetir el proceso de lijado hasta conseguir la completa eliminación, teniendo en cuenta que si se elimina la capa de protección del faro, se tendrá que barnizar.

  • Afinar la raya generada con un grano P-1500 y P-3000. Algunos pulimentos modernos, como TEROSON WX 159 HP HEAVY CUT, eliminan de forma eficaz una raya de P-1500, propiedad que reduce el tiempo empleado en la restauración del faro.

  • Realizar el proceso de pulido mencionado en el apartado anterior.

  • Verificar que el faro ha recobrado su estado original y que las rayas de lija no se aprecian (para ello se puede emplear un revelador de rayas de lijado).

Proceso de lijado y barnizado

En ocasiones, la tulipa del faro está tan deteriorada que es necesario hacer un lijado más agresivo que permite comer más material, ya que esta es la única forma de poder eliminar la degradación que presenta el policarbonato. El proceso que se debe seguir es el siguiente:

  • Desmontar el faro de su alojamiento si fuese necesario. Si no se desmonta, proteger las piezas adyacentes para evitar que se dañen.

  • Efectuar la preparación y el lijado de la forma mencionada en el apartado anterior, aunque en este caso utilizando granos más gruesos que faciliten el trabajo. Se puede empezar desde un grano P-400 y finalizar en un P-1000 o P-1500 (cuanto más fina quede la superficie, menor riesgo existe de que aparezcan marcas de lijado tras el barnizado).

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  • Soplar y desengrasar la tulipa.

  • Enmascarar la carcasa para evitar que se pulverice al barnizar.

  • Aplicar un promotor de adherencia, como TEROSON 150, que aumente la adherencia del barniz.

  • Realizar la mezcla del barniz o la preparación del polímero líquido, según sea el caso, a la proporción indicada por el fabricante. Actualmente existen barnices específicos que no modifican el haz de luz proyectado.

  • Esperar a que seque.

  • Montar el faro sobre su alojamiento y regular su altura para evitar que ilumine incorrectamente.

Conclusión

La limpieza regular de los faros y su restauración ocasional son tareas en el taller que en los últimos años han crecido significativamente. Delimitar con claridad el tipo de daño que presenta permite al profesional del taller efectuar el proceso más correcto en cada caso. Con ambas operaciones de mantenimiento preventivo, la luz proyectada por el faro no sufre ningún tipo de variación y los niveles de luminosidad se mantienen dentro de los valores adecuados.

 

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Categorias: Aplicaciones, Carrocería y parabrisas