Realizar adecuadamente la gestión del stock en un almacén distribuidor de talleres automovilísticos es fundamental para garantizar un servicio de calidad, minimizar los costes de los pedidos y ser más eficientes.
Actualmente, el control del stock se realiza a través de programas informáticos que agilizan el proceso, gestionan el inventario, los proveedores, los clientes, la facturación, la compra y venta de vehículos, etc. Gracias a estos programas informáticos, la gestión es más intuitiva y ágil.
¿Qué es la gestión de stock?
La gestión de stock permite conocer la cantidad de existencias de un determinado producto y asignar su ubicación, hace posible su trazabilidad y el control del movimiento de las entradas y salidas del almacén.
Para tratar de agilizar las intervenciones, los distribuidores y/o talleres designan las referencias de alta rotación como indispensables para ser almacenadas en sus instalaciones. Para las referencias de poca rotación, algunos fabricantes ponen a disposición de los talleres y distribuidores autorizados un servicio especial de entrega urgente.
Los programas de gestión de stock permiten designar un stock de seguridad para cada componente y alertan en el momento en que la cantidad almacenada baja del límite designado, evitando así roturas de stock. El stock de seguridad debe ser correctamente estudiado en función de la regularidad de consumo, ya que disponer de un stock excesivamente alto implicaría una inversión no justificada.
Los objetivos de la gestión de stock son los siguientes:
- Ajustar el nivel de stock a las previsiones de demanda.
- Asegurar un buen nivel de servicio evitando roturas de stock.
- Asegurar que el stock estipulado es óptimo, para que los costes de almacenaje sean los mínimos posibles sin que el nivel de servicio se vea comprometido.
Rotación del stock
El consumo de recambios y productos debe ser controlado. Se debe evitar que estos consumibles sobrepasen las fechas de caducidad o su obsolescencia, ya que esto tendría un impacto negativo sobre los productos almacenados y supondría una pérdida económica. Sin embargo, también debe atenderse al control de valoración económica de inventarios para garantizar una rotación de stock óptima.
En este sentido, es recomendable utilizar métodos de movimiento de mercancías como el FIFO o el LIFO, entre otros.
- El método FIFO proviene del inglés first in, first out. La mercancía que primero entre en el almacén es la primera en salir. Este método está enfocado a productos perecederos (por ejemplo: baterías, AdBlue, líquido antipinchazos, etc.). Sin embargo, su utilidad se puede extender a todo tipo de productos, ya que es la forma más natural de rotación de stock.
Este procedimiento garantiza una mayor rotación de las mercancías y asegura la venta de productos más actualizados y de reciente creación.
- El método LIFO proviene del inglés last in, first out. La mercancía que llega la última es la primera en salir del almacén. Este sistema de movimiento de mercancías lo utilizan empresas que no trabajan con productos perecederos y su razón de uso es que permite controlar los impuestos fiscales cuando los precios de los productos crecen constantemente. Un producto antiguo tiene un coste menor al de un producto adquirido recientemente y, por lo tanto, al venderlo, se incurriría en un gasto mayor por plusvalía.
En estos casos, este procedimiento garantiza un coste optimizado en las operaciones de venta.
Modelos de gestión del stock
Los modelos de gestión de stocks más extendidos son los siguientes:
- Modelo Wilson. Consiste en asegurar un precio fijo de compra. En este modelo, el volumen de compra no influye en el precio de adquisición, sin embargo, las empresas tratan de pedir el máximo volumen posible para que el impacto del transporte sea mínimo.
- Modelo ABC. Este método plantea la clasificación de la mercancía en tres tipos de productos:
- Tipo “A”: productos de valor elevado cuyo stock máximo debe ser muy ajustado.
- Tipo “B”: productos con un valor medio a los que se puede asignar un stock con más colchón que el de los productos del tipo “A”.
- Tipo “C”: productos de menor valor cuyo volumen de stock no es tan impactante económicamente para la empresa y de los que, por lo tanto, no hace falta limitar peligrosamente el stock máximo.
- Modelo Just in Time o Stock cero. Este modo de gestión de stock consiste en disponer en el almacén del mínimo volumen posible de mercancía. Esto implica que la empresa adquiere los productos prácticamente en función de las necesidades inmediatas y/o previstas. Hay que tener en cuenta que este método pone en riesgo la posibilidad de hacer frente a pedidos extraordinarios.
Conclusión
El objetivo final de la gestión de stock es lograr satisfacer las necesidades de los clientes cuanto antes, asegurando la disponibilidad de los recambios y productos en la mayor brevedad de tiempo posible. De esta manera, se puede hacer frente a los pedidos del taller manteniendo un equilibrio entre las entradas y las salidas del almacén de forma eficiente, contribuyendo a que los costes derivados de los inventarios sean mínimos.
Con esta consigna, el almacén de un distribuidor, como el de un taller mecánico, debe seleccionar los sistemas y modelos de gestión de stock más apropiados para su establecimiento y para cada uno de los productos que gestiona.