Al principio la Fórmula 1 era vista como una competición de coches en la que lo más importante para obtener la victoria era contar con el mejor motor. Hombres como Enzo Ferrari creían que la potencia, y no la aerodinámica o la fiabilidad, era el secreto para el éxito.
Sin embargo, con el paso de los años los ingenieros y desarrolladores de monoplazas se dieron cuenta de que, para que un coche fuese realmente rápido, la aerodinámica era fundamental. Desde los años 70; las evoluciones fueron constantes y se comenzó a trabajar en perfeccionar el denominado “efecto suelo”.
Es a partir de esta época cuando los ingenieros de la Fórmula 1 empiezan a ganar protagonismo como parte importante en el éxito de un monoplaza. La aerodinámica comienza a ser tan importante (o más) que el propio motor. Esta certeza queda refrendada a principios de los años 90 cuando Williams diseña un coche novedoso y con una superioridad insultante gracias a su aerodinámica única.
Hoy en día los ingenieros y desarrolladores de coches son fundamentales para el éxito de una escudería pero, ¿quiénes han sido los grandes líderes de la F-1 capaces de llevar desde la sombra un coche a la victoria?
Ross Brawn
Uno de los ingenieros con más trayectoria en la Fórmula 1, en la que estuvo desde 1978 hasta 2013, año en el que Toto Wolff le sustituye al frente de Mercedes. Ferrari vivió una de sus grandes épocas doradas gracias al binomio Schumacher-Brawn, con la que el alemán consiguió 5 campeonatos mundiales de forma consecutiva. Años más tarde, en 2009, fue el cerebro principal de la escudería debutante Brawn GP, que gracias a un novedoso sistema de difusores fue la gran sorpresa de la temporada, de hecho Jenson Button ganó su único título mundial ese año con Brawn GP.
Adrian Newey
Uno de los grandes genios en activo de la Fórmula 1. Adrian Newey comenzó su carrera en los años 90, siendo unos de los grandes responsables de los Williams que dominaron con puño de hierro las temporadas 1992 y 1993. Poco después fichó por Mclaren, donde también ganaría el título de pilotos en 1998 y 1999. Su gran obra llegaría una década más tarde, el Red Bull con el que Vettel ganó cuatro campeonatos consecutivos en 2010, 2011, 2012 y 2013. Los monoplazas diseñados por Newey han logrado más de 150 victorias en la Fórmula 1.
Rory Byrne
Si hemos hablado de Ross Brawn, no podemos dejar de hacerlo de Rory Byrne, su mano derecha en Ferrari, y el otro padre de los monoplazas ganadores del Cavallino Rampante de finales de los 90 y principios del siglo XXI. Durante su paso por Benetton y Ferrari, sus coches obtuvieron más de 70 victorias, 5 títulos de pilotos y 6 de constructores.
Colin Chapman
Es el fundador de Lotus Cars y dueño y cerebro principal de la escudería Team Lotus, a la que llevó a grandes éxitos antes de su fallecimiento por un ataque cardíaco en 1982. La escudería logró 6 campeonatos mundiales de Fórmula 1 en las décadas de los 60 y los 70, encumbrando a pilotos como Jim Clark, Graham Hill o Emerson Fittipaldi.
Josh Barnard
Otro de los grandes en esta disciplina, John Barnard entró a la Fórmula 1 en 1968 y ha formado parte de equipos como Lola Cars, McLaren o Ferrari. Entre sus grandes aportaciones a la Fórmula 1 están dos grandes innovaciones: la caja de cambios semiautomática y el chasis de fibra de carbono.
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