Los equipos airless son máquinas de pintado que no necesitan aire comprimido para atomizar eficazmente la pintura por la boquilla de la pistola aplicadora. De ahí su nombre en inglés que, traducido al español, significa “sin aire”.
Sus principales usos industriales son aquellos que requieren la aplicación de pintura sobre grandes superficies y donde se busca evitar una inversión de tiempo elevada y un alto consumo de pintura por sobrepulverización (como se conoce la neblina residual propia de los equipos de pintado que funcionan con aire comprimido, y que se forma al mezclar la pintura con el aire comprimido a presión para poder atomizarla en gotas muy finas por la boquilla de la pistola).
Los equipos airless se utilizan mayormente en el sector de la construcción, en decoración, restauración y remodelación de edificios, etc. Sin embargo, en el sector de los vehículos autopropulsados también se emplean equipos de pintado airless en el revestimientos de trenes o barcos.
Características funcionales de los equipos de pintado airless
Los equipos airless destacan sobre otros sistemas por ofrecer una elevada velocidad de pintado (hasta unos 500 m2 por hora), cosa que aumenta la productividad de la tarea realizada, y por generar una menor neblina durante la pulverización y atomización, lo que se traduce en un menor consumo de pintura.
Además, otras ventajas sustanciales que ofrecen estos equipos son las siguientes:
- Son fáciles de transportar.
- No dependen de una instalación de aire comprimido, lo que facilita la aplicación en exteriores y evita los problemas propios de los compresores de aire: llenado del tanque, fluctuaciones o caídas de presión, mantenimiento específico y más costoso, etc.
- Ofrecen un suministro constante de la presión de trabajo, lo cual permite obtener aplicaciones más uniformes.
- El caudal de pintura proyectado es mayor, lo que redunda en la aplicación de capas de pintura más gruesas.
- Permiten aplicar revestimientos de alta viscosidad con mayor efectividad.
- Tienen una mayor tasa de transferencia, por lo que pulverizan menos y el material desperdiciado es menor, lo que se traduce en una reducción de los disolventes (compuestos orgánicos volátiles) vertidos sobre la atmósfera.
Por el contrario, los equipos airless también tienen ciertas limitaciones de uso como estas:
- Generalmente, no son un sistema de pintado rentable para usos ocasionales o para revestir superficies pequeñas, aunque actualmente ya se diseñan equipos y componentes específicos para estas situaciones.
- No permiten un control y una regulación detallada de los parámetros de pintura (control de caudal y de apertura del abanico de pulverizado).
- Su acabado es de menor calidad, con lo cual no se utilizan para trabajos que exigen gran calidad como es el pintado de vehículos.
- No eliminan al 100% la formación de neblina.
- El mantenimiento de los equipos airless es más complejo que el de otros equipos de pintado.
Composición de los equipos airless
Los principales elementos que conforman estos equipos son los siguientes:
- Bomba de presión o presurizador. Este componente es alimentado con energía eléctrica, neumática o mediante un motor de combustión interna. Es el encargado de generar la presión necesaria para que la pintura llegue a la manguera y a la pistola en condiciones idóneas para poder ser atomizada por estos componentes. Para ello, las presiones alcanzadas pueden llegar hasta los 500 bares.
- Manguera. Es la encargada de llevar la pintura presurizada hasta la pistola. Está diseñada y fabricada para que pueda soportar las altas presiones con las que se trabaja.
- Pistola. Es el elemento que recibe la pintura presurizada y permite su salida de forma atomizada para obtener un buen acabado. Se diferencian dos: las de baja presión (que trabajan en torno a los 100 bares aproximadamente), indicadas sobre todo para trabajos más sencillos con pinturas poco densas y una pulverización menor, y las de alta presión, usadas para trabajos más profesionales que requieren un mayor dominio de la técnica de pintado, como es la aplicación de revestimientos más viscosos que tienden a salpicar más. Este componente está formado por:
- Una boquilla específica que se comercializa con distintas tipologías para adecuarse al tipo de trabajo a realizar. Esta está provista de un orificio y una geometría que permiten la atomización de la pintura, de una punta de rociado y de una guarda. La boquilla lleva grabado un código de 3 dígitos, en el cual el primer número determina el ángulo de pulverización (por ejemplo, 4 establece un ángulo de 40º, 5 de 50º, etc., teniendo en cuenta que cuanto más abierto sea el ángulo mayor superficie permite cubrir la aplicación), y los dos restantes el diámetro del orificio de la boquilla expresado en pulgadas (por ejemplo, 17 son 0,17 pulgadas que, a su vez, son 0,43 mm). Cuanto más viscoso sea el producto, mayor ha de ser este orificio.
- Un gatillo de accionamiento con guarda de protección para abrir el paso de la pintura desde la pistola hasta la boquilla y permitir, así, su proyección sobre la superficie a pintar.
- Soporte. El conjunto de la máquina queda asentado sobre unas patas que le dan estabilidad para asegurar el buen funcionamiento del presurizador. Opcionalmente, el equipo airless puede incluir ruedas para facilitar su transporte.
- Otros elementos. La máquina también incorpora un interruptor de encendido, un tubo de succión de la pintura, una perilla de ajuste de la presión, un manómetro de control y una válvula de liberación de presión y de pintura con su correspondiente manguera de drenado.
Variables a tener en cuenta para la compra de un equipo airless
Las variables que se deben ponderar antes de adquirir un equipo airless como sustituto de otros sistemas de pintado son las siguientes:
- El tipo de pintura o revestimiento que se va a aplicar, la extensión de la superficie a revestir y el acabado que se quiere obtener.
- La frecuencia de uso del equipo airless, para no realizar una inversión poco rentable.
- La intensidad del trabajo que va a soportar el equipo, para determinar si se adquiere uno más o menos robusto y tener en cuenta el mantenimiento preventivo o correctivo que precisa.
Precauciones de utilización de los equipos airless
Para evitar accidentes y obtener el mejor acabado cuando se usan equipos airless, se deben tener en cuenta las siguientes consideraciones:
- Verificar que todos los componentes se encuentran en buen estado y bien conectados.
- Escoger la boquilla que mejor se adecue al tipo de trabajo en cuanto a extensión de la superficie a revestir, localización del trabajo (exterior o interior) y densidad de la pintura.
- Ajustar la presión de trabajo. Para ello, es conveniente iniciar el trabajo con una presión media e ir subiéndola o bajándola progresivamente hasta encontrar la atomización ideal para cada caso.
- Respetar el ángulo de aplicación determinado por el primer número del grabado de la boquilla. Para determinados trabajos con pinturas menos espesas y más diluidas, es conveniente usar boquillas de aplicación perpendicular.
- Seguir una técnica de pintado específica en la que se respeten el ángulo y la distancia de aplicación (unos 30 cm), se solapen las distintas pasadas consecutivas para cubrir la superficie homogéneamente y se eviten los movimiento de abanico con la pistola. En este vídeo se puede ver de forma gráfica la manera de aplicar pintura con un equipo airless diseñado para interiores.
- Utilizar las medidas de prevención y protección propias de la aplicación de pinturas.
Conclusión
Las aplicaciones de los equipos de pintado airless están enfocadas principalmente a usos industriales. Aun así, la evolución de estos equipos ha permitido que existan modelos para uso doméstico. En cualquier caso, es importante conocer sus funcionalidades, su constitución y su técnica específica de utilización para obtener de ellos el mejor resultado y la mayor rentabilidad.