Como sabes, los vehículos están equipados con un sistema de frenado para reducir su velocidad o llegar incluso a la detención. Este sistema puede ser fijo, como el que está compuesto por zapatas o pastillas de freno o móvil, que incluye los tambores o discos de freno.
Cómo funciona un sistema de frenado
Es relativamente sencillo: cuando estos sistemas se frotan, se produce una detención del movimiento de las ruedas y esta energía generada se convierte en calor, que se disipa por las corrientes de aire que se crean a través de sus componentes.
Tipos de frenos
La tipología va a depender de los elementos y la forma en la que se efectúa el desplazamiento de la parte móvil, y podemos distinguir entre los frenos de tambor y los de disco. En el post de hoy queremos hablar de los primeros y de sus características.
Los frenos de tambor
Se trata de un elemento móvil compuesto por un tambor que va montado sobre el eje de la rueda. También incorporan un elemento fijo que va sujeto al puente llamado plato de disco. Este último está formado por unos elementos de fricción, llamados ferodos y unos mecanismos de accionamiento para las zapatas de freno, un elemento en el que nos gustaría profundizar.
Sobre las zapatas de freno
Las zapatas son las encargadas de que se haga efectiva la acción de frenado en un sistema de tambor, ya que al accionarlas se presionan contra la cara interior del tambor y se produce el rozamiento necesario para la frenada. Lo más habitual es que se utilicen dos zapatas para cada freno, aunque algunas marcas como Alfa Romeo o Porsche han incluido tres e incluso cuatro zapatas por cada freno.
Las zapatas de freno están formadas por dos chapas de acero o aleación de aluminio. Este tipo de frenos de tambor accionados mediante zapatas está especialmente indicados para vehículos utilitarios y compactos. Su vida útil es de unos 100.000 kilómetros. Para su mantenimiento será frecuente que tengamos que desmontar el kit de freno trasero. Vemos cómo se hace en el siguiente punto.
Desmontando el freno trasero
- Elevamos el vehículo sobre soportes de columna y desmontamos las ruedas del eje correspondiente. Es necesario soltar el freno de mano.
- Desmontamos el tambor para tener acceso al interior de los frenos.
- Visualizamos y localizamos la posición del conjunto de la pieza. Para ello podemos realizar una foto.
- En el siguiente paso procedemos a desmontar las bridas de fijación.
- Abrimos las zapatas del tambor de freno y las retiramos.
- Soltamos el cable del freno de mano de las zapatas. Para hacerlo nos podemos ayudar de una pinza.
- Desmontamos el sistema de reajuste.
- A continuación tenemos que quitar el tubo flexible del freno del cilindro de la rueda.
- Retiramos el líquido de frenos sobrante en un recipiente.
- Retiramos los tornillos que sujetan el cilindro de la rueda al soporte del freno.
- Para terminar, quitamos el cilindro de la rueda y lo sustituimos.
Cuando terminemos con el mantenimiento, es hora de volverlo a montar, para ello:
- Limpiamos la brida de soporte del freno.
- Montamos el nuevo cilindro y acoplamos el tubo flexible.
- Recubrimos con grasa la superficie de contacto de las zapatas.
- Colocamos de nuevo el cable de freno de mano y montamos las zapatas. Una vez hayamos terminado acoplamos las bridas de fijación.
- Volvemos a montar el sistema de reajuste y lo cebamos.
- Engrasamos los rodamientos.
- Ajustamos los frenos antes de colocar de nuevo el tambor y la rueda.
¿Te ha servido esta información sobre el mantenimiento de las zapatas de freno?