En un taller los adhesivos y selladores en general van a ser elementos de uso bastante común, por lo que sería conveniente tenerlos siempre a mano. Hay que tener en cuenta algunos condicionantes que hacen que los selladores que utilices sean de buena calidad. En juego está la seguridad del cliente cuando circule con el coche y el prestigio como taller si las reparaciones no tienen problemas posteriores. Por ello, siempre es recomendable confiar en las herramientas selladoras de las primeras marcas.
Como apunte general, no está de más recordar que antes de realizar operaciones de pegado y sellado, es imprescindible que la zona esté bien limpia, para lo que existen productos de limpieza específicos que no dejan residuos y garantizan que la aplicación de los selladores sea aún más resistente.
Uno de los elementos que demandan una fijación excelente son las lunas. El parabrisas es pieza importantísima pues absorbe parte de la energía en una colisión, con lo que una elección correcta del sellado aumenta la seguridad. Un buen adhesivo de poliuretano puede mejorar la resistencia de torsión hasta un 40 ó 50%.
Los adhesivos epoxi te facilitarán el pegado de muchos materiales, desde plásticos duros como grapas y soportes de parachoques y guardabarros a piezas desgastadas de acero, casi para cualquier sustrato.
Para el sellado de costuras y juntas o para pegar piezas de plástico, como por ejemplo los alerones, el polímero de silano obtiene unos excelentes resultados, con prácticamente nulo riesgo de descolgamiento y un curado bastante rápido.
Fijación de roscas
Los vehículos a motor están sujetos a circunstancias como la vibración, el movimiento y la velocidad que hace que los elementos, como tuercas o tornillos, que puedan sufrir el efecto de este movimiento necesiten de una fijación extra que asegure la durabilidad de la reparación y, sobre todo, su calidad.
Ya no es suficiente con enroscar todo lo fuerte que podamos o que se haga con máquina. Con la vibración del vehículo y el movimiento continuo puede ir desenroscándose, con el consiguiente riesgo de desprendimiento. Pero eso se corrige con un sellador adecuado.
La aplicación de un sellador de roscas es muy sencilla, se hace entre el tornillo y la rosca antes de colocar ésta. En agujeros ciegos el producto se aplica en el tercio inferior del agujero.
Un buen ejemplo es LOCTITE 243, un fijador de resistencia media, que además de resistir al aflojamiento por vibración, elimina la corrosión por frotamiento. Cuenta con homologación NSF, una norma que asegura la calidad de los productos así como que estos cumplen con todos los estándares marcados para garantizar la salud pública. El LOCTITE 243 es aplicable en superficies aceitadas; además tolera contaminaciones ligeras de aceites industriales, lo cual es una gran ventaja para trabajar en el taller.
LOCTITE 243 es apto para tornillos hasta M36 y permite el desmontaje con herramientas manuales, lo que facilita su manejo y aplicación. Además es apto para todo tipo de materiales y su uso es recomendable para todas las tornillerías metálicas incluidos acero inoxidable, aluminio o superficies galvanizadas. ¿En qué elementos o partes del coche puedes aplicarlo? Pues en prácticamente cualquier tornillo o rosca que tengas que fijar. Es ideal para tornillos del cigüeñal, de sujeción de tapas, tapones de drenaje, de aceite o bombas de agua y también para tornillos del volante motor.
Si quieres más información sobre la aplicación de fijadores de roscas mira aquí.