Los coches con pila de hidrógeno son una alternativa a los vehículos eléctricos o híbridos. El previsible crecimiento de este sector puede suponer una oportunidad de negocio para los talleres pero, ¿cómo se puede adaptar un taller para reparar coches con pila de hidrógeno?
¿Por qué adaptar el taller para reparar vehículos con pila de combustible de hidrógeno?
Los combustibles tradicionales, como la gasolina o el diésel, están perdiendo peso frente a otros sistemas. Uno de ellos es la pila de hidrógeno, que ya se monta en vehículos como el Hyundai Nexo o el Honda Clarity Fuel Cell. Este sistema se basa en el empleo de unas celdas o pilas de combustible que contienen hidrógeno y oxígeno y que pueden obtener energía de otras fuentes, por ejemplo la luz solar o la electricidad.
La llegada de estos vehículos al mercado supone un reto para los talleres de reparación, ya que deben adaptarse a las nuevas exigencias tecnológicas y de seguridad. Evidentemente, si el taller hace este esfuerzo, podrá atender a más clientes. Aunque también hay que tener en cuenta que adaptar el taller para reparar coches con pila de combustible puede incluir la reforma de instalaciones y la compra de herramientas y equipo que pueden resultar costosos. Por este motivo, es recomendable calcular si la inversión será rentable antes de hacerla.
Algunos aspectos a tener en cuenta al adaptar el taller
El hidrógeno, un material inflamable
En primer lugar, es importante saber que los talleres deben adoptar determinadas medidas de seguridad al trabajar con vehículos propulsados por hidrógeno. No hay que olvidar que se trata de un gas liviano y que se disipa fácilmente, pero que también resulta altamente inflamable.
Por tanto, una de las principales medidas de seguridad que se deben adoptar en el taller es contar con un sistema de ventilación adecuado en la parte superior del taller. El hidrógeno es un gas más ligero que el oxígeno y tiende a ir a la parte superior de las instalaciones, por lo que se debe vigilar que no haya fuentes de ignición cerca del techo.
También es importante contar con un equipo que permita detectar fugas de gases, en este caso, un detector de fugas de hidrógeno. Estos dispositivos utilizan sensores para comprobar la presencia de hidrógeno en el aire. Los hay portátiles, con gas trazador o por aspiración.
El equipo necesario para reparar vehículos eléctricos
Actualmente, los coches propulsados por pila de hidrógeno usan energía eléctrica, por lo que cuentan con equipos de alto voltaje. Por ello, se deben tener las herramientas adecuadas para trabajar con seguridad y sin riesgo de electrocutarse.
Por ejemplo, es indispensable contar con guantes especiales que tengan una resistencia eléctrica de hasta 1.000 voltios. Normalmente se suele trabajar con menores voltajes, pero unos guantes con esta resistencia son necesarios para algunos sistemas, como la retirada de las pilas o baterías.
Además, antes de empezar a manipular las entrañas de estos vehículos, al igual que con los eléctricos, es necesario quitar todas las conexiones para evitar el peligro de electrocución. Todo ello debe unirse a otras medidas de seguridad, como emplear herramientas con materiales aislantes, trajes de seguridad y no llevar nunca joyas o elementos metálicos durante las manipulaciones.
Cabe destacar que la mayoría de estas reparaciones todavía se realizan en los propios concesionarios, ya que son los propios fabricantes quienes tienen las piezas y herramientas específicas para llevarlas a cabo., Además, la mayoría de talleres deberían hacer frente a importantes gastos para incorporar en sus instalaciones las medidas de ventilación y seguridad pertinentes.
Ambos factores unidos hacen que muchos talleres duden de si resulta rentable adaptarse para reparar coches con pila de combustible o no. De momento, el volumen de mercado de este tipo de coches es todavía muy reducido, quizá demasiado para que la inversión sea rentable económicamente. Y solo el tiempo dirá si esta tecnología se asienta, y hace que la inversión merezca la pena, o si termina en el olvido.