En los talleres de reparación de vehículos se hace frente a averías y tareas de muy diversa índole. Sin embargo, hay una serie de piezas y componentes con las que se suele estar más en contacto ya que necesitan un mantenimiento constante. Conscientes de ello, SPG Talleres ha elaborado un ranking con los componentes del coche que más se cambian en el taller.
Aceite
Una de las tareas de mecánica rápida más comunes en cualquier taller es el cambio de aceite. Se trata de una operación básica para la correcta lubricación de las piezas del motor. Cada fabricante establece su propio periodo de sustitución, el cual puede llegar a realizarse en el mejor de los casos a los 30.000 km o cada dos años como máximo. Asimismo, el cambio de aceite es una tarea cuya demanda suele aumentar en momentos puntuales, por ejemplo, antes de las vacaciones de verano, o cuando muchas familias se preparan para salir de viaje en coche.
Filtros
Los filtros son otros de los componentes que más se suelen sustituir. Entre ellos podemos citar el filtro de combustible, el filtro de aire o el filtro de polen. Sin embargo, entre todos ellos destaca el filtro de aceite, cuya función es que el aceite no tenga suciedad o impurezas. Se recomienda sustituir este filtro cada vez que se cambia el aceite, aunque en realidad puede durar un poco más, su vida útil ronda los 15.000-30.000 km.
Pastillas de freno
En la actualidad, las pastillas de freno pueden durar hasta 60.000 km, aunque lo más recomendable es revisarlas a partir de los 20.000 o 25.000 km. Asimismo, si el cliente reporta una disminución en el rendimiento de los frenos o ruidos extraños al efectuar frenadas, es indicativo de que el problema puede estar relacionado con las pastillas de freno. Es muy importante detectar este tipo de averías o desperfectos, ya que de ello depende la seguridad de los clientes.
Anticongelante
El anticongelante es un líquido que suele llevar integrado el líquido refrigerante para evitar que este se congele a bajas temperaturas. Es básico para el rendimiento del vehículo ya que se encarga de mantener el motor a su temperatura óptima, evitando que se congele a bajas temperaturas o que se sobrecaliente cuando las temperaturas son altas. El período de sustitución depende de distintos factores y lo establece el propio fabricante. Generalmente, se sustituye cada 80.000 km o cada 5 años.
Líquido de frenos
Por último, tenemos otros de los componentes que forman parte del sistema de frenado del vehículo: el líquido de frenos, el encargado de refrigerar el sistema para evitar que se sobrecaliente. Cuando el líquido se agota o pierde sus propiedades, los frenos reducen su efectividad. Se recomienda sustituirlo cada 30.000-40.000 km o cada dos años.
La sustitución de todos estos elementos en los periodos previstos es fundamental para el rendimiento del vehículo y, por tanto, es una información que al cliente del taller le interesará saber. Házselo saber a tus clientes: el secreto para que un vehículo goce de buena salud es un buen mantenimiento.