Para entender los usos que le damos a los peróxidos en el taller, primero queremos remitirnos a su definición. Los peróxidos son sustancias que se componen de un enlace oxígeno-oxígeno, que le confiere a la molécula un carácter oxidante muy fuerte.
Aplicaciones de los peróxidos
Aunque nos suene a un término de laboratorio que no se usa de manera común, lo cierto es que tienen numerosas aplicaciones en el día a día y en diferentes sectores. Por ejemplo, el tinte que se aplica en las peluquerías los contiene e incluso los podemos encontrar en los combustibles para cohetes. En el mundo del automóvil, de hecho, se usan continuamente, sobre todo en los talleres de pintura, en los que los peróxidos más utilizados son los catalizadores y las lacas de pintura.
Peróxidos ejemplos en el taller
Nos gustaría hablarte de los peróxidos de una forma más cercana, y por eso nos vamos a remitir a los más usados en el taller:
- Peróxido de benzoilo (Endurecedor): es el que se usa como endurecedor en las masillas para carrocería. Se mezcla la masilla de poliéster, normalmente la de color beige con un endurecedor como el peróxido de benzoilo, que normalmente lo encontramos de color rojo. La reacción química que se produce entre ambos componentes provoca el secado y el endurecimiento de la masilla.
- Peróxido de hidrógeno (Posible combustible para vehículos): tiene dos usos muy diferentes: Por un lado se usa como desinfectante cuando se sufre una herida, ya que este compuesto lo conocemos de forma común como agua oxigenada y no suele faltar en ningún botiquín. Otra de las aplicaciones más novedosas y que algún día podría revolucionar la industria del automóvil es la de utilizar el peróxido de hidrógeno como combustible para vehículos. Investigadores de la Universidad de Purdue han usado el peróxido de hidrógeno junto a una aleación de aluminio para alimentar una pila de combustible. Además, este peróxido puede ser electrolizado como el agua produciendo hidrógeno y oxígeno que se puede emplear en un motor de combustión interna para sustituir los tradicionales combustibles.
- Peróxido de plomo (Baterías): lo podemos encontrar en las baterías de los coches, que están formadas por un depósito de ácido sulfúrico y por un conjunto de placas de plomo dispuestas alternativamente en cuanto a su polaridad que van ubicadas dentro del mismo. Para evitar que se curven las placas positivas se dispone una placa negativa adicional, así siempre hay una plana negativa exterior. Las placas positivas son las que están impregnadas de peróxido de plomo y las negativas están recubiertas por plomo esponjoso.
- Peróxido de dicumilo y peróxido de diclorobenzoilo (Neumáticos): se emplean en lo que se denomina un proceso de vulcanización, mediante el cual se consigue crear los neumáticos para automóviles, sin duda un uso muy extendido.
Antes de terminar queremos recordarte que como los peróxidos son materiales oxidantes, en contacto con un material combustible pueden llegar a provocar incendios y explosiones, por eso debemos ser conscientes de este peligro y cuidar al máximo su manipulación, así como equiparnos correctamente cuando vayamos a usarlos. Es importante que al terminar su vida útil, los peróxidos sean reciclados, de esta forma se evita que contaminen o que generen nuevos peligros.