A la hora de dirigir o montar un taller no solo conviene tener los conocimientos técnicos específicos necesarios, sino que también hay que conocer todo lo relacionado con aspectos legales, comerciales, sistemas de distribución, gestión de equipos, etc. Hay numerosos factores que pueden influir en la viabilidad y rentabilidad del taller, tanto positiva como negativamente.
En anteriores artículos te dimos unos consejos sobre cómo mejorar la rentabilidad del taller. Ahora te advertimos de algunos errores en los que no debes caer si quieres que el taller siga siendo rentable.1.- Mala organización
La mala organización del espacio, del tiempo o de los equipos de trabajo afecta de manera negativa al rendimiento.
Una de las herramientas más utilizadas para organizar y gestionar entornos productivos es la técnica japonesa de las 5S, extraída de la filosofía Kaizen, de la que ya te hablamos en nuestro artículo sobre los talleres de coches en Japón. Recibe el nombre por las iniciales de las 5 etapas que componen el método:
- Seiri: separar lo innecesario ⇒ Organización.
- Seiton: situar correctamente lo necesario ⇒ Orden.
- Seiso: suprimir suciedad ⇒ Limpieza.
- Seiketsu: señalar anomalías ⇒ Estandarización.
- Shitsuke: seguir con la mejora ⇒ Rigor.
2.- Equipos y útiles desfasados o mal cuidados
Si no realizas un mantenimiento adecuado de los equipos y útiles de trabajo, corres el riesgo de que se rompan o se deterioren más rápido. Como consecuencia, deberás invertir más tiempo en realizar cada tarea y los costes en material aumentarán de forma considerable.
Por tanto asegúrate de que el taller cuenta con todos los medios necesarios para desempeñar las tareas y que todas las herramientas y equipos están en buen estado. Del mismo modo, hay que tener en cuenta que los coches van evolucionando y que es necesario realizar inversiones periódicas en equipos para dar cobertura a los vehículos más actuales.
3.- Planificación inexistente
Para conseguir que el cliente esté plenamente satisfecho no solo hay que resolver la avería, sino que hay que hacerlo en el tiempo y la forma acordados. Esto solo se puede conseguir realizando una óptima planificación de las operaciones y una buena gestión de los recursos de los que disponemos. Para ello, te recomendamos tener en cuenta los siguientes factores:
Antes de la entrada
- Conocer la capacidad técnica de cada operario.
- Conocer qué disponibilidad tiene cada operario.
- Conocer qué índice de imprevistos pueden aparecer.
- Conocer las limitaciones de los medios materiales singulares (equipos de diagnóstico, cabinas, bancadas, etc).
Durante la estancia
- Seguir la situación de los trabajos en curso y los recursos previstos.
- Trasladar inmediatamente al cliente cualquier imprevisto.
- Asegurar el pedido y reserva del material requerido.
Después de las reparaciones
- Reunirse con el equipo para solucionar posibles incidencias.
- Poner en marcha planes de mejora.
- Aprender de la experiencia y de las causas de los posibles errores.
4.- Gestión de los tiempos deficiente
Sin una adecuada gestión del tiempo, basado en el análisis de datos objetivos, es imposible saber en qué tareas tiene el taller un mayor índice de productividad o en cuáles está perdiendo eficacia. Del mismo modo, es imposible conocer el desempeño real de los operarios y gestionar su tiempo correctamente para maximizar su rendimiento.
Los sistemas de fichajes son el medio con el que cuenta el taller para obtener la información necesaria sobre las operaciones que se realizan. De esta manera, se puede conocer en qué operaciones se invierte tiempo (reparaciones, limpieza de instalaciones, mantenimiento de taller, etc), cuánto tiempo se invierte en cada operación y que operario la realiza. Analizando todos estos datos se puede obtener valiosa información sobre ciertos aspectos:
- Productividad del taller
- Eficiencia del taller
- Rendimiento
- Grado de presencia
- Grado de ocupación
Al obtener y analizar estos datos se pueden diseñar soluciones para reducir la pérdida de tiempo y optimizar los costes del taller.
5.- Olvidarse de la venta activa
No hay que olvidar que, al final, en el taller también somos vendedores: vendemos un servicio, una mano de obra y unos repuestos. Pero tampoco hay que desatender la venta activa de otros accesorios, como pueden ser productos tecnológicos, materiales de consumo, productos para la limpieza o el mantenimiento del vehículo, etc.
Evitando estas malas prácticas ya tienes mucho ganado, y puedes estar seguro de que vas en la dirección correcta para mejorar la rentabilidad de tu taller.