Por las vías de circulación circulan millones de vehículos a motor. Algunos de dos ruedas, como las motocicletas; otros llegan a tener 18, como es el caso de algunos camiones. Esto nos puede dar una idea de la cantidad de neumáticos que se usan (y se desechan) en nuestro país. Sin embargo, ¿sabemos qué se hace con los neumáticos que ya no se utilizan?
Cómo se gestionan los neumáticos usados
Para evitar la acumulación de vertidos incontrolados de neumáticos usados se promulgó el Real Decreto 1619/2005. Con esta norma, nació también SIGNUS, un sistema de gestión que agrupa a los principales fabricantes de neumáticos y que les obliga a encargarse de su tratamiento posterior.
SIGNUS cobra una tasa por la gestión de cada neumático usado. Esta tasa viene reflejada en la factura de compra y depende principalmente del tipo de neumático. Las tasas oscilan entre los 35 céntimos que cuesta la gestión de un neumático de kart o de algunos vehículos agrícolas, hasta los 38 euros para vehículos especiales con neumáticos que superen los 200 kg. de peso.
El colectivo TNU (Tratamiento de Neumáticos Usados), otra asociación de fabricantes de neumáticos, trabaja para que los neumáticos usados sean reciclados para otros usos. Se transforman en nuevos productos y se venden a terceros. Sin embargo, el precio de venta no suele compensar los costes de gestión, por eso se cobra una tarifa.
Cabe decir que hay una situación en la que los fabricantes no son responsables del tratamiento de los neumáticos. En caso de que se trate de un vehículo dado de baja, deberá de ser el propio desguace quien se encargue de las gestiones.
En definitiva, la tarifa la paga la persona que compra el neumático, con el objetivo de que, una vez terminada su vida útil, las empresas de tratamiento de neumáticos vayan a recogerlo al taller para su reciclaje. Pero ¿en qué se convierten los neumáticos?
¿Qué se hace con los neumáticos desechados?
Los neumáticos usados tienen un gran número de aplicaciones en diferentes sectores. Por ejemplo, se utiliza mucho en la fabricación de suelos de parques infantiles, césped artificial o para el asfaltado de carreteras. Recientemente, también se está empezando a usar para la fabricación de calzado, principalmente de chanclas y sandalias.
También se está comenzando a utilizar como elemento estructural o de seguridad. Por ejemplo, como elemento de protección para incendios o para impermeabilizar superficies.
Otra de sus ventajas es que se puede reutilizar como fuente de energía. De hecho, las propiedades energéticas del caucho ya se utilizan en plantas de incineración de residuos.
Actualmente, en España, se reciclan todos los neumáticos que se desechan. Teniendo en cuenta que, solo en España, se ponen a la venta unos 25 millones de neumáticos cada año, lo cual equivale a 300.000 toneladas, no hay duda de que esta gestión es más que necesaria.