Seguro que esta situación te resulta familiar: un cliente llega al taller con su coche y explica que no frena bien o que le han echado para atrás en la ITV por culpa de los frenos. Se puede deber a problemas en distintas piezas, entre las que se encuentran las pinzas de freno, pero ¿cómo detectar cuándo son estas piezas las culpables?, ¿cómo saber cuándo sustituir las pinzas de freno?, ¿Te has formulado estas preguntas en alguna ocasión? En este post te damos las respuestas.
Pinzas de freno: funcionamiento y tipos de montaje
Las pinzas de freno son un elemento fundamental en el sistema de frenado de muchos vehículos. Se función es ejercer presión a través de un pistón sobre las pastillas, que a su vez producen el rozamiento contra el disco de freno necesario para disminuir la velocidad de giro de las ruedas.
La sustitución de las pinzas freno, o de algunos de sus elementos, es una tarea bastante común en el taller, sobre todo porque la mayoría de automóviles optan por este tipo de frenos en detrimento de los de tambor, ya que estos últimos se sobrecalientan con mayor facilidad por su falta de ventilación y, en consecuencia, se pierde eficacia de frenado.
Se puede distinguir entre tres tipos básico de pinzas de freno:
- Pinza rígida: también se suelen denominar fijas o de doble acción. Este tipo de pinzas van acopladas de forma fija sobre el sistema de frenado. La fuerza sobre las pastillas se ejerce por medio de 2 o 4 pistones que se ajustan a ambas caras del disco.
- Pinza oscilante: la pinza se encuentra sujeta con un perno. Al ejercer presión sobre el freno, la pinza gira en el sentido contrario al pistón. Dependiendo del sentido en el que gire alrededor del perno, empujará las pastillas de uno u otro lado del disco.
- Pinza flotante: en este caso la pinza va montada en unos tornillos guía que permiten su desplazamiento. Incorpora un único pistón que, al accionarse, desplaza una de las pastillas hacia el disco. Por su parte, la pinza de freno se desplaza al otro lado, presionando a su vez contra el disco la pinza del lado contrario
¿Cuándo hay que sustituir las pinzas de freno?
En algunos casos los fallos en el sistema de frenado del vehículo pueden deberse a problemas en las pinzas de freno. A pesar de no ser un elemento sometido a rozamiento, también puede sufrir deterioro o averías. La mejor opción posible siempre es examinarlas directamente para comprobar, por ejemplo, si existe algún tipo de fuga de líquidos de frenos, en cuyo caso cabe la posibilidad de que sea necesario sustituir las pinzas.
Otro de los síntomas indicativos de problemas en las pinzas de freno son las diferencias de frenado entre ruedas de un mismo eje. Para comprobar estos datos hay que recurrir a un frenómetro.
También es fundamental prestar atención a otro tipo de detalles, por ejemplo la movilidad de las pastillas de freno, si existe excesiva corrosión en los pistones o si el disco se sobrecalienta en exceso al accionar el freno.
La revisión de estos elementos es imprescindible, ya que en ocasiones también se pueden descubrir otras causas de avería, por ejemplo cuando las pinzas ejercen demasiada presión y alguna de las pastillas internas se queda “clavada”.
Cabe destacar que intentar reparar este elemento solo es recomendable cuando se trata de operaciones concretas que disponen de repuesto. En el resto de casos, siempre se debe proceder a su sustitución, ya que resulta más sencillo, práctico y efectivo.
Además de sustituir las pinzas, también es interesante ofrecerle algunos consejos al cliente sobre los cuidados que puede llevar a cabo para mantener el sistema de frenado de su vehículo en las mejores condiciones. ¿Qué te parece recomendarle un limpiador de frenos? Haz clic aquí para ver nuestra recomendación.