En los talleres de vehículos se encuentran productos, maquinaria y equipos que pueden ser potencialmente perjudiciales para el medio ambiente. Por ello, es importante adoptar medidas para reducir el impacto ambiental del taller. A continuación, te damos unas pautas a poner en práctica para ayudar a proteger la normativa… y el planeta.
¿Cuál es el impacto de un taller de vehículos en el medio ambiente?
En un taller se utilizan diversos recursos que pueden tener un impacto negativo en el medio ambiente. Por un lado están los productos y materias primas como baterías, pilas, productos de limpieza, carburantes o neumáticos.
Por otro, hay que tener en cuenta la maquinaria y aparatos utilizados, entre los que figuran elevadores, fresadoras, taladradoras, alineadoras de dirección, grúas y un largo etcétera.
Y tampoco debes olvidar las propias instalaciones del taller, que necesitan una buena ventilación, suministro de luz y agua, limpieza y desinfección de la nave, etc.
Muchos de estos recursos son susceptibles de crear residuos o emisiones que pueden resultar perjudiciales para el planeta, por eso es importante conocer e implementar algunas medidas para reducir el impacto ambiental del taller.
Los tipos de agentes contaminantes que se producen con mayor frecuencia en estos establecimientos son los siguientes:
- Residuos peligrosos: contienen componentes altamente tóxicos. Algunos de estos residuos son las baterías y pilas usadas, los productos químicos, etc.
- Residuos no peligrosos: no contienen componentes con alta toxicidad. Algunos ejemplos son las lunas desechadas o los neumáticos.
- Residuos urbanos: embalajes, material de oficina, restos orgánicos, etc.
- Vertidos: por ejemplo, el agua destinada a la limpieza del local.
- Emisiones: las principales emisiones de gases a la atmósfera en los talleres son producidos por la combustión de los motores.
¿Cómo reducir el impacto ambiental del taller?
Teniendo en cuenta los agentes contaminantes que existen en un taller de vehículos, resulta imprescindible elaborar un plan de gestión de residuos y de mantenimiento de instalaciones y equipos.
¿Qué medidas se deben adoptar para reducir el impacto ambiental de un taller?
Respecto a la gestión de residuos
La norma que regula la gestión de residuos tóxicos y peligrosos es la Ley 22/2011, de 28 de julio. Entre las acciones a realizar destacan:
- Crear un inventario donde figuren los datos de todos los residuos producidos en el taller, su tipo y periodicidad.
- Organizar los residuos por tipos y almacenarlos en contenedores diferenciados y debidamente identificados.
- Situar los contenedores en zonas bien ventiladas y donde no incidan directamente los rayos del sol.
- Supervisar periódicamente los contenedores de residuos.
- Nunca mezclar diferentes residuos entre sí. Tampoco se deben traspasar de un lugar a otro en el que se hayan almacenado residuos distintos.
- Los residuos peligrosos nunca se deben almacenar cerca de sumideros o sistemas similares de evacuación de agua.
- Contratar los servicios de un gestor autorizado para la eliminación de residuos.
Emisiones de gases
Están reguladas por la Ley 34/2007 y Real Decreto 100/2011. Entre las obligaciones de los talleres se pueden citar:
- Contar con equipos de ventilación, filtrado de aire y extracción de humos.
- Realizar un mantenimiento periódico de dichos equipos.
- Usar productos con bajos niveles de disolvente.
- Evitar realizar pruebas de motor en suelo urbano.
- Insonorizar el taller y realizar mediciones periódicas para comprobar el nivel de contaminación acústica.
Limpieza y mantenimiento
- Mantener la zona de trabajo limpia y ordenada para evitar posibles derrames de vertidos.
- Utilizar productos de limpieza de calidad y estandarizados.
Productos y equipos
- Usar, en la medida de lo posible, productos con algún tipo de certificación ambiental que garantice su mínimo impacto en el medio ambiente.
- Apostar por productos consumibles con mayor vida útil y que no se conviertan en residuos peligrosos tras su uso.
- Utilizar siempre productos homologados.
- Ordenar los productos en el almacén por tipos.
- No colocar juntos en el taller productos que podrían contaminarse entre sí.
- Tener un plan para la detección de fugas o escapes de productos potencialmente peligrosos.
- Emplear siempre los equipos y la maquinaria recomendados para cada tarea.