El mundo de la automoción no está exento de decisiones arriesgadas, de innovaciones que han buscado diferenciarse del resto pero que han supuesto un fracaso estrepitoso. En algunos casos, estos modelos fallidos han servido para abrir las puertas a otra serie de innovaciones, pero en muchos otros casos han caído directamente en el olvido. Veamos cuáles han sido algunos de estos coches que fracasaron por ser demasiado innovadores.
Citroën Hypnos
En el caso del Citroën Hypnos el fracaso no vino por tener unas líneas demasiado arriesgadas o una concepción demasiado futurista. La razón para el fracaso de este vehículo ha sido su excesivo colorido interior, que le convierte en una auténtica discoteca ambulante. El Hypnos fue presentado como el 4x4 del futuro en el Salón de Ginebra 2008, como un concept car revolucionario, pero no ha pasado de ser un prototipo.
Toyota EX – II
Durante los años 60 y 70 Toyota sacó al mercado una serie de modelos innovadores que no obtuvieron el éxito esperado. Uno de estos modelos fue el Toyota EX-II, un vehículo eléctrico para dos personas, con un estilo “gota de agua” que dificilmente podría triunfar ahora, así que menos aún hace 40 años...
Ford Corrida
A mediados de los años 70, Ford apostó por un modelo futurista con alas de gaviota y aspecto de coche de juguete, denominado Ford Corrida. El escaso éxito que obtuvo en un principio frenó su producción, por lo que no pasó de ser un concept car. Sin duda, una de las razones de su fracaso fue su desafortunado nombre.
GenePax H2O
Las intenciones de los fabricantes de este coche son muy loables: conseguir un vehículo capaz de desplazarse usando agua como combustible. A pesar de que la idea puede resultar muy atractiva, el Genepax H2O no pudo hacer nada en un mercado dominado por los combustibles basados en el petróleo, y en el que empezaban a pujar con fuerza los automóviles eléctricos.
Studebaker-Packard Astral
El Studebaker-Packard Astral se trataba de un vehículo sorprendente en muchos aspectos. En primer lugar, por su diseño, totalmente futurista y sin cabina para piloto ni acompañante. En segundo lugar, era un vehículo capaz de flotar en el agua y contaba con un sistema anticolisiones. Para terminar de rizar el rizo, se trataba de un vehículo impulsado por… ¡energía nuclear!
Aurora
Aurora está considerado como el coche más feo de la historia. Este modelo de finales de los 50 trataba de ser el paradigma de la seguridad al volante, con barras antivuelco, cinturones de seguridad, barras de impacto laterales, etc. Sin embargo, por lo único que pasó a la historia fue por su espantoso diseño y su poca fiabilidad. El propio día de su presentación, el Aurora sufrió 15 averías y hubo de ser reparado 7 veces. Sin duda, la peor carta de presentación posible.
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