Dentro del mundo de la automoción, el ámbito de la pintura es uno de los más importantes y vistosos, puesto que con el pintado del vehículo culmina el proceso de revestimiento de la carrocería que le da el aspecto final para embellecerla.
A pesar de esta función básica, la pintura cumple distintos cometidos dependiendo de su tipología y del momento en el que se aplica dentro del proceso de reparación. Estas funciones se analizan posteriormente de forma detallada.
Composición de la pintura
Las pinturas están formadas básicamente por diferentes compuestos químicos que definen sus características y sus funciones. De forma general, la pintura incluye en su composición los siguientes compuestos:
- Resina o ligante, para compactar los distintos compuestos de la pintura. Son de tipo acrílica, epoxi, etc.
- Pigmento, para dar color o un efecto concreto: colores lisos, metalizados, etc.
- Disolvente, para ajustar la fluidez de la pintura.
- Aditivos, para obtener comportamientos específicos de la pintura: mejorar su brillo, su plasticidad, etc.
Tipos de pintura
La pintura empleada en automoción se puede clasificar de distintos modos, aunque a continuación únicamente se atiende a la forma genérica de englobarlas dentro del taller. Así pues, en el taller se clasifican del siguiente modo:
- Pinturas de fondo
- Pinturas de acabado
Estos tipos de pintura pueden tener distinta base química, acrílica o sintética, y ser de base agua o disolvente. Actualmente, la mayoría de las pinturas en automoción son de tipo acrílico, mientras que coexisten las de base agua y disolvente.
Todas estas pinturas deben ceñirse a las obligaciones establecidas en la normativa que limita la emisión de compuestos orgánicos volátiles (COV), la cual establece límites máximos de contenido en disolvente para todas las pinturas.
Pinturas de fondo
Son las pinturas aplicadas por debajo de las de acabado y que están destinadas a proteger el metal, a igualar la superficie y a aportar un buen soporte para las pinturas de acabado. Dentro de estas pinturas, los productos más utilizados son las imprimaciones y protecciones anticorrosivas, los promotores de agarre, las masillas y los aparejos.
Las imprimaciones anticorrosivas son las grandes olvidadas en los talleres, ya que su uso es poco frecuente como consecuencia de que se utiliza el aparejo como sustituto para evitar su aplicación y lijado. La opción ideal para imitar las protecciones originales de fábrica sería aplicar una electro imprimación con una solución de cinc.
Como disponer de este equipo es difícil y raro, los fabricantes de pinturas comercializan imprimación a base de resina epoxi que, tras ser catalizada, se aplica directamente sobre el metal y antes de poner la masilla. Su utilización no es predominante en automoción.
Por último, tras el lijado de la masilla es posible que aparezcan ciertas zonas desnudas de metal (calvas). En estos casos la pintura de fondo ideal son las imprimaciones fosfatantes también catalizadas. Estas imprimaciones no admiten la masilla, puesto que reacciona con sus compuestos químicos provocando que se desconche.
Por otro lado, la pintura anticorrosiva que sí es utilizada en los talleres es el cinc en aerosol de 1K que se aplica en las caras internas de los metales unidos que posteriormente van a ser soldados, o como pintura protectora del metal desnudo o de la soldadura efectuada que todavía no han sido revestidos. También ciertos adhesivos y selladores, como TEROSON EP 5055, protegen contra la corrosión.
Respecto a las protecciones anticorrosivas, en el taller se emplean pinturas gomosas de secado físico como los revestimientos de bajos y los antigravillas para imitar el acabado rugoso de fábrica y proteger estas zonas de las proyecciones provenientes de la calzada, y las ceras de cavidades para preservar de los efectos negativos de la humedad en las piezas huecas de la carrocería.
En relación a los promotores de adherencia, cabe señalar que son productos de 1K aplicados a pistola o en aerosol, y que son indispensables al trabajar sobre plásticos antes de aplicar adhesivos o cualquier tipo de pintura, con la finalidad de asegurar la adherencia del producto aplicado.
En lo referido a la masilla, se trata de una de las pinturas de fondo más utilizadas en los talleres, junto con el aparejo. Es un tipo de producto hecho a base de resinas de poliéster y, en algunos casos, de resinas epoxi que es catalizado para conseguir su endurecimiento. Destaca por llevar como aditivos de carga el talco o partículas metálicas que permiten el igualado de la superficie metálica tras haber sido conformada.
Además, hoy en día la gama de masillas disponible en el mercado es amplia para adaptarse a los distintos sustratos que presenta un vehículo y a determinadas funciones de relleno o acabado.
Por último, el aparejo es una pintura de fondo que se aplica sobre la masilla para sellar la zona reparada, tapar los pequeños defectos que existen sobre la masilla y constituir un buen soporte para las pinturas de acabado. Suelen ser de tipo acrílico, aunque también los hay epoxi.
La gama de productos en el mercado también es amplia, de forma que existen aparejos catalizados destinados a ser aplicados a pistola o en spray, o aparejos monocomponentes para pequeños retoques. Se suministran en colores blancos, negros y grises para obtener un color que sea fácilmente cubierto por las pinturas de acabado.
Los aparejos más comunes son los siguientes:
- Los de altos sólidos destinados a obtener capas secas de elevado espesor (HS y UHS)
- Aparejos húmedo sobre húmedo para aplicar sobre piezas nuevas y evitar el lijado
- Aparejos de secado rápido para agilizar la reparación
- Aparejos polivalentes para abastecer distintas funciones
Pinturas de acabado
Son las pinturas enfocadas a embellecer la carrocería aportando color, efectos, brillo y protección. Las pinturas de acabado utilizadas actualmente en automoción son de tipo acrílico base disolvente o base agua, aunque también existen pinturas sintéticas destinadas al pintado de motocicletas.
Las pinturas de acabado se dividen según su sistema de pintado, de forma que se diferencian las pinturas monocapa y las bicapa.
Las pinturas monocapa se catalizan y diluyen para obtener el secado y la fluidez adecuadas respectivamente. Su principal ventaja es que son más económicas al aportar en un mismo producto el color y el brillo. Sin embargo, son pinturas con menor resistencia mecánica y química, y que no se comercializan con efectos especiales como metalizados o perlados.
En relación con las pinturas de acabado bicapa, este es un sistema que está formado por dos tipos de pinturas distintas. Por una parte, la que da el color y opcionalmente el efecto (se consideraría tricapa si el efecto es independiente de la capa de color), conocida como base bicapa o base de color, y por otra la laca, la cual aporta protección y un nivel determinado de brillo.
Las bases bicapa son al agua y únicamente se diluyen antes de ser aplicadas, excepción hecha de las bases bicapa destinadas a pintar interiores que van catalizadas para aumentar su resistencia. Por el contrario los barnices siguen siendo al disolvente, aunque ya existen fabricantes que comercializan lacas al agua. El barniz se cataliza y diluye (según fabricante) con variantes de producto rápido para pintar con bajas temperaturas, medio para temperatura intermedia, y lento para temperaturas elevadas (con temperaturas muy altas se puede añadir al barniz plastificante o retardante para ralentizar el tiempo de secado).
En el mercado también existen distintos tipos de barnices (de secado rápido, de altos y de ultra altos sólidos, específicos para faros, mates, en aerosol de 1 o 2K para pequeñas reparaciones, etc.).
Conclusión final
Las pinturas destinadas a revestir las carrocerías son variados y con funciones muy distintas, por lo que su conocimiento facilita que sean utilizadas de forma adecuada en el momento preciso. Esto, unido a una correcta mezcla de los mismos y a la elección de productos de calidad aumentan las posibilidades de obtener grandes resultados.