Las lunas de los coches son un elemento que ha evolucionado notablemente desde sus orígenes. Esta evolución ha tenido que ver, fundamentalmente, con la mejora de sus principales propiedades: resistencia, protección y nitidez. Una mejora que ha llevado a incrementar su uso en los coches actuales. Además, igual que otros sistemas de seguridad del vehículo de reciente incorporación, las lunas de coche también integran tecnología innovadora. ¿Qué variedades de lunas son las más comunes en la actualidad? ¿A qué tipo de materiales nos tendremos que enfrentar con mayor frecuencia en el taller?
Como parte de un vehículo, las lunas cumplen una serie de funciones que las convierten en un elemento mucho más importante de lo que a priori pudiera parecer:
- Son fundamentales para evitar la deformación del techo en caso de vuelco. De ellas depende hasta un 30% de la resistencia de dicha estructura.
- Protegen al conductor y a los pasajeros en caso de impacto de algún elemento externo (piedras, pájaros, granizo, etc.). Además, gracias a su estructura y compuestos no se rompen en pedazos, para evitar que salten cristales a los ocupantes del vehículo.
- También son un elemento imprescindible para la visión el conductor. Por ello, cada vez se emplean materiales más efectivos a la hora de repeler todo aquello que puede dificultar la visión (suciedad, vaho, agua, escarcha o restos de otras partículas).
- Y algo que vale la pena recordar: también reducen el paso del calor hacia el interior del vehículo. Los fabricantes apuestan por lunas con gran capacidad aislante, que permiten que disminuya el uso del climatizador y, por tanto, se reduzca el consumo.
Tipos de lunas
Si bien se podría decir que todas las lunas se fabrican con el mismo objetivo, sus características específicas dependerán de ciertos factores, como los materiales que las componen.
Los vidrios que se utilizan para la fabricación de lunas suelen ser el resultado de una fusión de diferentes materiales como arena de sílice, óxido de sodio, potasio, calcio y hasta componentes metálicos. Después se le añaden otros elementos con el fin de lograr otros efectos, como mejorar su resistencia térmica o para cambiar la tonalidad de la luna. Gracias a todos estos componentes se obtiene una luna o vidrio sin defectos, limpia y sin necesidad de ser pulida.
Dependiendo de lo que el fabricante quiera potenciar en su vehículo, se usará un tipo de luna diferente.
En relación con la clasificación de las lunas de los coches según el tipo de vidrio y su estructura, existen estas dos opciones:
- Lunas de vidrio templado: suelen estar compuestas de una única capa de unos 5 mm de espesor que se consigue mediante un proceso de endurecido térmico a unos 600 °C. Tienen una alta resistencia a los impactos, pero al romperse lo hacen en muchos fragmentos, reduciendo notablemente la visibilidad. Normalmente, este tipo de lunas se utiliza en las puertas y no como parabrisas. No obstante, todavía es posible encontrarlo en vehículos clásicos.
- Lunas de vidrio laminado: se compone de dos láminas de vidrio adheridas a una lámina plástica intermedia. Actualmente, es la opción más empleada en el parabrisas delantero por la seguridad que ofrece, ya que, ante una posible rotura, los fragmentos no se desprenden de la lámina polimérica y, por lo tanto, se reduce el riesgo de eyección. Además, la capa plástica confiere a la luna mayor insonoridad y aislamiento.
Por lo que respecta a la clasificación según su funcionalidad y/o características concretas, estas son las lunas de coche más destacadas, normalmente usadas en los parabrisas:
- Lunas de vidrio tintado: son lunas de color más oscuro y que tienen la capacidad de absorber energía solar, con lo que consiguen reducir la carga térmica en el interior del habitáculo. Las lunas tintadas deben cumplir los preceptos de la Directiva 2001/92/CEE, en concreto a la Orden ITC/1992/2010 que hace referencia a los vidrios tintados en vehículos.
- Lunas de vidrio electrocrómico: el vidrio usado en este tipo de lunas posee la capacidad de oscurecerse o aclararse en función de la incidencia de los rayos solares. Con ello, se evita el deslumbramiento del conductor y se reduce el riesgo de accidente por este motivo. El oscurecimiento automático se consigue gracias a una corriente eléctrica que se aplica a través de unos conductores invisibles que se colocan entre dos capas del vidrio.
- Luna de coche para HUD (Head Up Display). Si el vehículo cuenta con este sistema de proyección sobre el cristal, debe contar también con un tratamiento polarizador específico para “capturar” la luz proyectada y conseguir mostrarla con nitidez y sin reflejos.
- Luna de coche hidrófoba. Este tipo de luna incorpora un recubrimiento de plasma mediante el cual se infunde una fina capa de monómeros que permite la repulsión del agua, mejorando así la visibilidad del conductor en caso de lluvia.
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Lunas de vidrio atérmico: regulan la temperatura interior del vehículo mediante la absorción de energía solar. Mejoran el confort en el interior del coche y repercuten en un menor uso de la climatización, reduciendo así el consumo.
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Lunas de vidrio térmico:El cristal toma temperatura para permitir la eliminación superficial del hielo, la bruma o la escarcha que puedan aparecer e impedir una correcta visibilidad. Existen diferentes modos de calefactar el vidrio: a través de circuitos térmicos impresos o bien mediante la tecnología de micro hilo calefactable.
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Luna de coche con aislamiento acústico. Este tipo de lunas de coches permiten una reducción de la transmisión del sonido. Es un valor añadido que se ha convertido en estándar en todos los modelos de última generación y que supone una ayuda inestimable para que el ruido interfiera lo menos posible en los novedosos sistemas del vehículo activados por voz.
Conclusión
En el mercado existen distintos tipos de lunas de coche. De todas ellas, los parabrisas son las más importantes. Por ello es fundamental que, ante una sustitución, se opte por lunas originales y certificadas y se asegure una instalación óptima utilizando productos de calidad. Solo así, la seguridad y confortabilidad del vehículo pueden estar garantizadas.
Todo un mundo para el que hay que estar preparado en el taller.