¿Son mejores las máscaras de soldar automáticas?

Por Ruta 401

La soldadura se encuentra entre las tareas más comunes a las que se tiene que enfrentar un profesional especializado en trabajos de chapa. Para realizarla sin riesgos es necesario contar con el equipo profesional adecuado que permita realizar la labor correctamente pero, sobre todo, de forma segura.

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Hay que recordar que a la hora de soldar se utiliza una herramienta denominada soplete, que genera chispas o partículas incandescentes que pueden dar lugar a quemaduras, o afectar a nuestros ojos. Por eso, para soldar es imprescindible llevar el mono de trabajo adecuado, además de máscara de soldar, guantes y calzado de suela gruesa.

La máscara de soldar

Uno de los equipos de protección individual más importante que ha de llevar el soldador profesional es la máscara de soldar. Esta máscara es la que se encarga de proteger el rostro de quemaduras o posibles partículas, además de proteger los ojos de la excesiva exposición a la luz ultravioleta.

Durante los años 60 debido al aumento del uso de plásticos surgieron las primeras caretas, las cuales incorporaban un arnés que permitía a los trabajadores utilizar ambas manos. Con el paso del tiempo las caretas han ido adquiriendo más importancia en la industria, por ello han cambiado sus formas para dar mayor protección a los trabajadores, haciéndose más grandes para cubrir el cuello y las orejas.

En los años 80 surgieron las primeras máscaras con oscurecimiento automático, cuya particularidad principal es que disponen de un LCD con capacidad fotosensible para oscurecerse automáticamente. De esta manera el trabajador no necesita quitarse la máscara e interrumpir el proceso de soldadura. La propia máscara varía la luminosidad de su pantalla para que el profesional pueda adaptarse más rápidamente a su uso.

Ventajas de las máscaras de soldar automáticas

Las máscaras de soldar automáticas suponen un importante paso adelante respecto a las máscaras más tradicionales que se usaban antaño. Estas son alguna de sus ventajas:

  • La máscara se regula de forma automática, por lo que el operario puede estar concentrado solo en el proceso de soldar.
  • Se alimentan con células solares y dos baterías de litio de recarga automática, por lo que no es necesario gastar demasiado dinero en alimentación para la máscara.
  • La protección frente a rayos ultravioleta y rayos infrarrojos es continua.
  • Tiene un peso ligero entre 500 y 600 gramos con ventanas laterales para detectar riesgos periféricos.
  • En la actualidad ofrecen protección total en todo el rostro, incluyendo cuello y orejas.

Por todo esto la máscara de soldar automática es ya un elemento imprescindible en cualquier taller, y un elemento de protección individual obligatorio para cualquier trabajador que vaya a realizar una labor de soldadura.

Guía Seguridad en el taller

 

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