Tipos y características de máscaras para soldar

Por Ruta 401

En un taller podemos encontrar muchos tipos de Equipos de Protección Individual  (EPI), uno de los más comunes son las máscaras para soldar, que son un protector rígido con una ventana que facilite la visión del usuario, ventana que puede ser fija o móvil. La máscara para soldar queda fijada a la cabeza y es un elemento indispensable para la protección facial y ocular.

Al realizar trabajos de soldadura, se expone la cara, cuello y ojos tanto a que salten chispas como a rayos infrarrojos y ultravioletas. Para evitar posibles lesiones es imprescindible trabajar con máscara, además de estar obligados por ley. Los problemas derivados de no protegerse en las soldaduras van desde un picor en los ojos a poder sufrir graves daños en la retina y la visión.

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La máscara de soldar forma parte de un kit completo que cada trabajador debe conocer y utilizar. Hará más productivo al trabajador, ya que al estar protegido realizará su labor más seguro y eso a su vez le otorgará mayor rapidez. Aunque lo productivo que pueda llegar a ser un empleado y la velocidad de sus trabajos de soldadura dependerá también del tipo de máscara escogido para trabajar.

Máscara de mano

La máscara para soldar más tradicional es la de mano, que puede estar fabricada en diversos materiales, como fibra de vidrio o poliamida. Su nombre se debe a que tienen una empuñadura en su interior que permite agarrarla con una mano mientras se suelda con la otra. Suelen ser las más económicas. Con la variedad actual, estas máscaras están más orientadas a trabajos menores, su uso requiere cierta habilidad y experiencia, pues hay que asegurarse de taparse completamente antes de empezar a soldar. También conviene asegurarse de acercarla lo suficiente a la cara como para que no entre excesiva luz por los lados que pueda molestar a nuestra visión.

Máscara de cabeza

Una máscara que proporciona una mayor protección y cubre más superficie es la máscara de cabeza. Permite una mejor manejabilidad, dado que le da al operario libertad para usar las dos manos, con ello puede apoyarse mejor y conseguir un resultado óptimo, con cordones de soldadura más uniformes. Estas máscaras se fijan a la cabeza mediante un cabezal regulable con arnés. Además, cuenta con una buena articulación que permite dirigir el electrodo para empezar el cordón de soldadura.  De esta manera, moviendo un poco la cabeza se puede bajar la máscara por completo para continuar el trabajo. Es, probablemente, la máscara más utilizada en soldaduras.

Máscara fotosensible

Pero como los tiempos avanzan y la tecnología forma parte de nuestra vida cotidiana y también de nuestro trabajo, hace unos años aparecieron en el mercado las máscaras para soldar fotosensibles. Son ideales, especialmente, para personas con poca experiencia y permiten un control casi milimétrico del proceso de soldadura.

Están provistas de un módulo electrónico que al detectar los rayos infrarrojos o ultravioletas oscurece la máscara y protegen mejor los ojos del operario. Son máscaras de peso ligero, dotadas en muchos casos de ventanas laterales que permiten un mayor campo de visión, y a su modernidad unen también unos diseños más atractivos e incluso personalizables. Su precio es un poco más elevado, pero la operatividad que permite a los soldadores aumenta la productividad y la sensación de seguridad. La ventana de visualización de estas máscaras puede funcionar por batería de litio o carga solar, las primeras pueden llegar a proporcionar hasta 3.000 horas de uso antes de necesitar ser cambiadas.

En todo caso, cada operario puede encontrarse mejor y más cómodo con una máscara u otra. Las tendencias marcan que para punteados se elija una máscara de mano y para trabajos continuos se opte por las máscaras de cabeza y, cada vez más, por la inversión en máscaras para soldar fotosensibles.

 

Guía Seguridad en el taller

 

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