¿Por qué es importante la protección respiratoria en el taller?

Por Ruta 401

A la hora de trabajar en el taller existen numerosos utensilios que son necesarios para poder llevar a cabo los arreglos, reparaciones o modificaciones pertinentes en los vehículos. Sin embargo, cualquier taller mecánico debe tener también un equipo de seguridad que permita a sus profesionales realizar todas estas tareas en un marco de seguridad.

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Uno de los principales elementos de seguridad que debe llevar un profesional en el taller son todos aquellos que tienen que ver con  la protección de las vías respiratorias. Un mecánico  debe realizar diversas tareas que podrían dañar su aparato respiratorio, sobre todo si se encuentra en un lugar cerrado sin la ventilación adecuada.

Los problemas en el aparato respiratorio en un taller se producen por la inhalación de gases o partículas, por ejemplo al realizar trabajos de soldadura o grafismo. Entre los gases podemos encontrar de diferentes tipos:

  • Gases asfixiantes simples: Provocan una disminución en la concentración de oxígeno en el aire y, por tanto, dificultan la respiración. Estos gases pueden ser el nitrógeno, el argón o el helio.
  • Por otro lado, otro tipo de tareas, como la fase de pintado de un coche también provocan la emisión de gases asfixiantes químicos, que bloquean algunas de las funciones del organismo e impiden que la persona pueda respirar correctamente.

Asimismo, entre los polvos también podemos encontrar de diversos tipos:

  • Algunos polvos simplemente provocan dificultades para respirar y algunas afecciones respiratorias menores, por ejemplo el polvo de aluminio.
  • La exposición prolongada a otros polvos puede provocar afecciones respiratorias a medio plazo, por ejemplo el plomo o el  polvo de sílice, que puede provocar  silicosis.
  • Incluso algunas de las partículas más agresivas con el sistema respiratorio son susceptibles de provocar cáncer en los trabajadores.

Para protegernos de este tipo de gases y partículas, los trabajadores de los talleres mecánicos usan mascarillas y semimascarillas que eviten la inhalación de estas sustancias. A estas mascarillas se les acopla un filtro (algunas ya llevan un filtro específico) que las hace especiales para determinados tipos de sustancias. Cabe destacar que las mascarillas deben ajustarse perfectamente a la cara de la persona, aunque se encuentre sudando por el arduo trabajo o en constante movimiento.

Estas mascarillas no solo combaten los agentes que causan lesiones y afecciones a corto plazo como el polvo de aluminio, sino que además son clave para evitar lesiones o problemas crónicos producidos por una alta exposición e ingesta de determinadas sustancias, como el cadmio o el berilio, que podrían llegar a provocar cáncer.

Muchas de estas mascarillas ya incorporan su propio filtro aunque algunas permiten intercambiarlos. En ese caso, será necesario siempre elegir el cartucho idóneo para cada tarea ya que, de lo contrario, la mascarilla no resultará efectiva y seguiremos inhalando gases o partículas perjudiciales para nuestros pulmones.

 

Guía Seguridad en el taller

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