El inexorable paso del tiempo afecta a todas las circunstancias de la vida, el reloj no se detiene y solo los más fuertes sobreviven. Estas palabras que bien podrían ilustrar un libro sobre la evolución, las podemos aplicar al taller. No hay que dejar que los avances técnicos y tecnológicos, los cambios y las nuevas tendencias te pillen desprevenido. Establece un plan de formación continua en el taller para que mejore el rendimiento del mismo.
En un taller es muy importante contar con los mejores profesionales posibles. En muchas ocasiones, ésta es una profesión autodidacta, de personal que ha ido aprendiendo y formándose a base de experiencia y trabajo. Pero los coches han cambiado y la forma de organizar los talleres también, con lo que hay que formar a los empleados para adaptarse a los tiempos que corren.
La formación continua teórica y práctica en el taller servirá no solo para adquirir nuevos conocimientos, sino también para reforzar los ya existentes. Hay que procurar que todos los trabajadores tengan acceso a esta formación, ya que un excepcional profesional no es el que cree saberlo casi todo, sino aquel que se molesta en actualizar lo que sabe para hacer mejor su trabajo.
La tecnología al servicio de la mecánica
Los tiempos en que los coches eran simple mecánica, en los que uno podía guiarse casi por las manchas que encontrara en el motor para saber qué le pasaba al vehículo forman parte casi del pasado. Los empleados de talleres han de aprender sobre componentes electrónicos. El funcionamiento de los coches modernos depende en un porcentaje elevado de la electrónica y los sistemas de inyección controlados por una centralita electrónica son el nuevo compañero de viaje en los talleres.
Y en los tiempos que corren, las innovaciones son vertiginosas, lo que hoy es novedad en seis meses está anticuado. Por ello, el reciclaje y la formación para los mecánicos deben ser prácticamente continuos. Los antiguos coches van dejando las carreteras y dando paso a nuevos modelos: coches eléctricos, prototipos impulsados por hidrógeno y vehículos con sistemas menos contaminantes. Es complicado conocer todos y cada uno de los modelos, pero una buena formación hará que un trabajador pueda identificar la avería a que se enfrenta y afrontarla con mayor seguridad. La tecnología llega para simplificar la vida, pero a veces la complica. Con los medios de formación a tu alcance puedes conseguir que tu taller pueda dar soluciones a un mayor número de clientes.
Las marcas de coches incorporan nuevos componentes que se deben saber identificar. En el taller ya no se habla solo de bujías, cilindros o culatas, todo un mundo nuevo de lenguaje ha llegado y ahora hay que conocer cómo funciona el ABS, el ESP o el EBD, por ejemplo.
Las nuevas tecnologías no solo llegan a los automóviles, sino a la gestión del taller. Si incorporas un sistema de gestión informatizado, tendrás que formar a los empleados en éste y para muchos de ellos, sobre todo aquellos que llevan toda una vida en el taller, eso de la informática les puede sonar complicado.
No olvidar lo que ya se sabe
Pero no solo hay que aprender sobre las novedades en los coches, sino no olvidar lo que ya se sabe. Los cursos de reciclaje harán que los empleados puedan tener siempre frescos los conocimientos que han ido adquiriendo a lo largo de sus años de trabajo. Por mucho componente electrónico que tengan los coches, existen elementos habituales que nunca faltarán y esos hay que repararlos también.
Recuerda siempre la importancia de la formación, tanto de los empleados, como de los responsables. Un personal adaptado a los tiempos proporciona mejor respuesta y, en definitiva, lleva al taller hacia un mejor rendimiento.