El mantenimiento de las instalaciones es una tarea esencial en cualquier taller ya que permite mantener los equipos y el lugar de trabajo en perfectas condiciones, lo que facilita el trabajo de los operarios y maximiza la eficacia de las herramientas. A continuación vemos algunos de los puntos que hemos de tener en cuenta al realizar labores de mantenimiento en el taller.
Etapas de la fase de mantenimiento
Toda fase de mantenimiento se realiza en una serie de etapas:
- Planificación: Se analizan fortalezas, debilidades y carencias, y se determinan los objetivos que se quieren cumplir.
- Programación: Se trazan las acciones a realizar para llegar a la meta propuesta.
- Ejecución: Se llevan a cabo las acciones previamente diseñadas.
- Supervisión: Se comprueba que las acciones se están realizando según lo previsto.
- Control: Se evalúan las acciones y se analizan los resultados.
Tipos de mantenimiento en el taller
Según el tipo de mantenimiento que realizamos en el taller, podemos hablar de:
Mantenimiento preventivo: Se realiza de forma periódica a modo de previsión, con el fin de buscar algún fallo, avería o aspecto mejorable en lo que respecta a instalaciones, maquinaria o equipos de trabajo del taller.
Mantenimiento correctivo: En este caso se trata de un mantenimiento “obligado” por alguna avería o excesivo deterioro. Por ejemplo, se detecta un fallo en una plataforma elevadora y se procede a su reparación.
En cualquier caso, las operaciones de mantenimiento en el taller siempre deben ser continuas y permanentes, esto es, se deben realizar de forma periódica y es obligatorio realizarlas siempre. Cuanto más tiempo se demoren las labores de mantenimiento, más deterioro sufrirán los equipos y su revisión resultará más cara a medio y largo plazo.
Mantenimiento en el taller de reparación
En el mantenimiento de un taller hay numerosos aspectos que se deben tener en cuenta. Se trata de un espacio de trabajo en el que existe una gran cantidad de herramientas y equipos y en el que existen factores de riesgo para los operarios (cortes, quemaduras, inhalación de sustancias tóxicas, cortocircuitos, etc). Por ello, es importante tener en cuenta los siguientes factores:
- Limpieza e higiene de las instalaciones.
- Adecuación del taller a las condiciones legales de temperatura, humedad y nivel sonoro.
- Correcta separación y delimitación de áreas de trabajo (mecánica, carrocería, pintura, electrónica).
- Organización y almacenamiento específico de cada herramienta de trabajo.
- Manipulación de herramientas por parte de operarios cualificados.
- Almacenamiento y reciclaje de materiales y residuos tóxicos.
- Revisión, reparación y/o sustitución de maquinaria y equipos.
- Comprobar estado de sistemas de suministro energético, salidas de humos, compresores, etc.
Por otro lado, hay que tener en cuenta el tipo de herramienta o maquinaria ya que es un factor que influye en su mantenimiento. Por ejemplo, un alineador de ruedas tradicional es un aparato robusto que tan solo necesita una revisión periódica básica anual. Sin embargo, un alineador electrónico es un poco más complejo y algunas de sus partes necesitan ser revisadas con mayor frecuencia, por ejemplo limpiar sus lentes para que la calibración sea correcta.
En todo caso, es imprescindible tener en cuenta que el mantenimiento de las instalaciones del taller debe ser una prioridad principal.