Las empresas de distribución de piezas y recambios para vehículos son aliados imprescindibles para fabricantes, talleres, concesionarios y otros negocios del sector automoción. Sin embargo, para que puedan ofrecer sus servicios de forma efectiva, es necesario crear una cadena de suministro eficaz. ¿Cómo pueden contribuir a ello los distribuidores?
¿Qué lugar ocupan los distribuidores en la cadena de suministro?
Para empezar a entrar en materia, una cadena de suministro se puede definir como un proceso que consta de diferentes fases, que abarcan desde la fabricación de un producto hasta su puesta final a la venta a los clientes.
En todo este proceso intervienen diferentes agentes. Los primeros son los productores de materias primas, seguidos de los fabricantes que se encargan de la fabricación del producto. Por ejemplo, la empresa que vende las materias primas para fabricar llantas y la compañía que las manufactura.
Estos productos ya manufacturados llegan a los distribuidores, que actúan como una especie de intermediarios entre el fabricante y el vendedor final (talleres, concesionarios, tiendas del sector automociòn, etc). En otras palabras, los distribuidores se encargan de suministrar los productos a los vendedores finales más rentables o adecuados para dichos productos.
Esto significa que los distribuidores están en contacto con todos los agentes que intervienen en la cadena de distribución: fabricantes, vendedores finales, empresas de transporte e incluso, aunque indirectamente, con los propios clientes finales que compran el producto.
Para todos los que participan en este proceso resulta fundamental que la cadena de suministro sea efectiva pero, ¿cómo pueden contribuir a ello los distribuidores?
¿Cómo optimizar la cadena de distribución?
Uno de los factores a tener en cuenta para optimizar la cadena de suministro es la fiabilidad de los proveedores, en este caso, los fabricantes. La cadena de distribución es un proceso continuado y dinámico, que no debe detenerse o ralentizarse (aunque nunca se está libre de algún posible fallo operativo). Por tanto, es básico que los distribuidores puedan ofrecer a los vendedores finales los productos prometidos en tiempo y forma.
Por otra parte, es importante contar con los servicios de una empresa de transportes eficaz, que pueda hacer frente a los volúmenes de envíos solicitados.
La estrategia de suministro de productos también es fundamental. Esta debe adaptarse a las necesidades y exigencias de cada negocio. Por ejemplo, no tiene sentido distribuir piezas para coches de rallyes a talleres especializados en mecánica rápida. No dar salida a los productos se puede traducir en acumulación de stock.
La buena relación con los clientes también es esencial. Para potenciarla, se pueden ofrecer descuentos a aquellos vendedores finales más fieles, con un mayor volumen de compra, etc. Y es importante no olvidar nunca que se debe ofrecer un trato amable, educado y transparente.
Otro consejo clave es aprovechar las ventajas que ofrece la tecnología. Para un distribuidor, puede resultar complejo controlar los productos que entran y salen, por lo que una buena opción es contar con un sistema informático que permita realizar un seguimiento de toda la cadena de suministro.
Del mismo modo, hay que llevar una correcta gestión del inventario, manteniendo controladas en todo momento las existencias de cada producto. De nuevo, para ello se hace casi imprescindible contar con un software especializado.
En definitiva, el correcto funcionamiento de una cadena de suministro es básico para todos los agentes que participan en ella. Cada parte de la cadena funciona como un eslabón y, si un eslabón falla, la cadena se rompe. Los distribuidores son el eslabón central de esa cadena. Es imprescindible que estos suministren productos de calidad probada, que cuenten con el respaldo de un potente servicio técnico y de años de años de conocimiento y experiencia.