Coches e impresoras 3D: la mecánica del futuro

Por Ruta 401

El mundo de la automoción avanza e innova contantemente e intenta aprovechar las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías. Muchos ya habréis escuchado hablar de la impresión en 3D y probablemente creeréis que es una tecnología en una fase muy temprana de desarrollo. Pero, ¿qué pensáis si os decimos que muchos fabricantes de la industria automotriz ya utilizan esta técnica?

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Impresoras 3D en automoción

Imaginemos que podemos crear el coche de nuestros sueños, recrear detalle a detalle todas las piezas de nuestro vehículo favorito, y que no se trata de un videojuego ni de realidad virtual. Es más, podemos tocarlo, subirnos a él y conducirlo. Pues todo esto puede ser realidad en un futuro no muy lejano gracias a la impresión 3D.

Las impresoras 3D son, en la práctica, similares a una impresora cualquiera, con la salvedad de que, en este caso, son capaces de recrear modelos tridimensionales a escala. Es una tecnología relativamente joven y cara, que todavía no ha llegado a los hogares pero que muestra un enorme potencial para algunos sectores de negocio.

A pesar de que todavía no es una tecnología masivamente implantada dentro de los fabricantes de piezas y vehículos, existen marcas que ya llevan utilizando la impresión en 3D muchos años, por ejemplo BMW lleva producidas más de 100.000 piezas de esta manera desde que en 1991 usaran la impresión 3D por primera vez. También está el ejemplo del Strati, el primer coche fabricado íntegramente en una impresora 3D (lo cual llevó tan solo 44 horas).

¿Cómo funcionan estas impresoras? A grandes rasgos, la explicación es sencilla. En primer lugar escanean la pieza y realizan un modelo 3D en un ordenador. A continuación, la impresora recrea la pieza a imagen y semejanza del modelo 3D, a través de finas láminas de metal pulverizado.

Las impresoras 3D no solo permiten la creación de piezas ya existentes y previamente escaneadas, sino la impresión de prototipos y piezas totalmente diseñadas desde cero. En este sentido, la impresión 3D puede suponer un gran plus en la especialización e individualización de los servicios. Por ejemplo, mediante impresión 3D cualquiera podría diseñar una empuñadura personalizada para su palanca de cambios.

Otra posibilidad es la elaboración de piezas más complejas. Las impresoras 3D trabajan con coordenadas matemáticas exactas que permiten la reproducción exacta de la pieza diseñada o escaneada. Además, en el caso de que una pieza resultara defectuosa podría volver a “fabricarse” otra con mucha mayor rapidez y facilidad. Otra de las ventajas que proporcionan las impresoras 3D es su posibilidad de reproducir de forma exacta piezas de coches clásicos que ya no se fabrican, o piezas de otros modelos muy difíciles de conseguir.

La inversión para este tipo de tecnología se antoja todavía demasiado elevada y de gran incertidumbre. Además, se necesita personal especializado en este tipo de tecnología. Evidentemente, también es una tecnología bastante cara, pero si la demanda sigue aumentando llegará un momento en que la impresión 3D pasará a tener precios más competitivos, lo que facilitará el acceso de más agentes a ella.

¿Tú qué opinas? ¿Crees que la impresión 3D tiene futuro en el mundo de la automoción?

 

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Categorias: Curiosidades