Cómo reparar la carrocería del coche de forma mecánica

Por Ruta 401

Conocer la forma de reparar la carrocería de un coche va asociado a la puesta en práctica de distintas técnicas y métodos de reparación. A su vez, es necesario tener claras las diferentes herramientas de taller que existen para ello, a fin de escoger las más adecuadas a las características del metal y al tipo de reparación. Por lo tanto, para obtener el mejor resultado en cuanto a calidad y productividad, es fundamental prestar atención a una serie de consideraciones y precauciones que facilitan la operación, así como seguir un proceso de reparación de la carrocería ordenado.

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Por otro lado, el seguir un proceso sistemático operativo de reparación, aumenta la productividad de la reparación, elimina las improvisaciones, y permite la ejecución de un proceso de reparación ordenado.

Precauciones a tener en cuenta al reparar una carrocería de coche de forma mecánica

Las precauciones que se deben tener en cuenta al reparar la carrocería de un coche con herramientas de mano son estas:

  • Limpiar, identificar y marcar los desperfectos de la pieza. De esta forma, se delimita correctamente la extensión del golpe y se detectan pequeños daños que, de no repararse, penalizan el acabado final.

  • Elegir el utillaje que mejor se adecue al tipo de reparación. En ciertas ocasiones, la buena elección de las herramientas evita retrasos en el avance de la reparación y facilita el trabajo. 

  • Prestar especial atención a la existencia de daños indirectos (conocidos en el taller como “costillas”) para eliminarlos convenientemente. Las “costillas” generan tensiones internas que se traducen en fuerzas contrarias a las de desabollado, con lo cual dificultan y ralentizan el proceso de conformado. 

  • Para desabollados bastos y restitución de líneas y nervios que presentan una resistencia considerable, ejecutar el golpeo con martillos de bola o mazas de hierro. En algunas situaciones se pueden utilizar gatos expansores de desabollado.

  • Iniciar la extracción del daño por su parte más hundida. Si el golpe presenta nervadura, es necesario restablecer primeramente la línea utilizando tranchas o tases tipo trancha. Si el golpe presenta mucha resistencia, comenzar el desabollado por la periferia del daño para ir restándosela poco a poco.

  • Utilizar un martillo de repasar o una lima de carrocero para trabajar la chapa y evitar, así, marcas al reparar la carrocería del coche. Para golpes de carácter general, utilizar martillos de bola o mazas, pero nunca el de carrocero.

  • Utilizar el martillo de repasar para tareas precisas de conformado cuando se emplean técnicas de reparación como la corrección de daños indirectos (“costillas”), desabollados directos e indirectos, conformado de pestañas y aletines, operaciones de aplanado y recogidos manuales.

  • Para golpear la chapa de forma reiterada durante el batido, utilizar la lima de repasar o un martillo de carrocero con la boca estriada. De este modo, existe la posibilidad de incrementar el número de golpes para alcanzar un mejor conformado del daño, a la vez que se reduce el sobreestiramiento del metal y las zonas golpeadas van quedando marcadas, lo que permite detectar visualmente la presencia de áreas desniveladas.

  • Los picos o puntos elevados pueden repararse con el golpe directo de refilón con la peña del martillo, evitando los golpes perpendiculares. También se puede utilizar un botador golpeado con un martillo de bola.

  • No eliminar la pintura hasta que la chapa esté totalmente desabollada y alineada (excepto para recogidos con calor), ya que la pintura amortigua parte del golpe y se reduce el riesgo de sobreestiramiento.

  • Cuando la chapa está sobreestirada se aplica una de las siguientes técnicas para reparar la carrocería de un coche, dependiendo de la gravedad del daño:

    • Para estiramientos muy leves en ocasiones es suficiente con golpear sobre algún canto, nervio o por la zona colindante al daño para reducirlo a niveles aceptables. 

    • Para sobreestiramientos más significativos se aplica calor a través de un equipo multifunción SPOT. Más concretamente, para recogidos de mayor envergadura se utiliza el electrodo de carbón, teniendo en cuenta que este útil tiende a dejar marcas y pequeños puntos hundidos; y para obtener recogidos de chapa más controlados se emplea el electrodo de cobre. 

    • En los casos en los que el estiramiento es muy acusado hay que calentar la chapa al rojo vivo en el punto más alto de la zona reparada y, a continuación, realizar un recogido manual con martillo y tas (golpear alrededor de la zona calentada con la boca plana del martillo de carrocero sin rebote de tas y arrastrando el material hacia dicha zona). 

En cualquiera de las tres opciones, el proceso finaliza con el enfriamiento rápido del área con una bayeta mojada.

 

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Orden de aplicación de las diferentes técnicas de reparación de una carrocería de forma mecánica

En el artículo ’Reparación de daños de forma mecánica’ se explican una serie de técnicas operativas que posibilitan el conformado y alineado de la chapa. Estas técnicas se deben aplicar de forma ordenada y sistemática, con la precaución de ejecutar cada una de ellas de forma escrupulosa.

Así pues, este es el orden recomendado a seguir para reparar una carrocería de coche mecánicamente:

  1. Verificación de la existencia o no de daños indirectos para eliminarlos.

  2. Extracción y desabollado del golpe a través de las técnicas de desabollado indirecto y directo (según la extensión del daño).

  3. Aplanado de puntos altos, si los hubiese.

  4. Batido y repaso de la superficie desabollada.

  5. Recogido, si la chapa ha quedado sobreestirada.

  6. Repetición de las técnicas necesarias, generalmente desabollado y batido, si tras el recogido la superficie ha perdido uniformidad.

Proceso genérico para reparar la carrocería de un coche con herramientas de mano

La deformación del metal provoca que su estructura interna sufra cambios. Complementariamente, en zonas colindantes a la de la colisión, pueden aparecer deformaciones inversas (denominadas en el taller como “costillas”).

Ambas circunstancias dificultan el proceso de desabollado y conformado del golpe, por ello antes de iniciar cualquier operación es necesario eliminarlas o atenuarlas. Para ello, basta con golpear directamente las “costillas”. En lo referido a las tensiones derivadas de los cambios de la estructura interna, irán desapareciendo a lo largo del proceso de conformado.

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En otras situaciones de trabajo, golpear los cantos de la pieza cercanos a la zona reparada, o iniciar el desabollado por la zona más hundida empleando las técnicas que a continuación se explican, provoca que las tensiones internas vayan desapareciendo.

Técnicas para la Extracción de la abolladura

Una vez eliminadas las tensiones internas, se procede a realizar la extracción del golpe. Para ello, se pueden emplear las siguientes técnicas de desabollado:

Desabollado indirecto

Es la primera técnica a emplear en el desabollado del daño, siempre y cuando el elemento pasivo (tas o palanca generalmente) no abarque toda la superficie de la abolladura. Consiste en colocar el elemento pasivo por la cara interna del panel y en la zona más hundida del daño para, a continuación, golpear con el martillo las zonas salientes (“costillas”) a la vez que se ejerce presión con el tas o palanca.

Las fuerzas contrapuestas permiten rebajar las “costillas”, reducir las tensiones internas, y extraer el daño con la menor repercusión posible sobre el metal. Su principal inconveniente es que está técnica es poco efectiva en daños en los cuales la abolladura no es limpia (el metal presenta un exceso de arrugas o pliegues).

Desabollado directo

Esta es la técnica empleada para conformar daños de menor tamaño en los que el tas abarca toda su superficie. Para ejecutar el desabollado, se coloca el tas sobre las pequeñas zonas hundidas a conformar y se golpea directamente sobre la chapa con o sin rebote del tas (dependerá del comportamiento del metal).

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La principal pega de esta técnica es que el golpe repetitivo sobre el metal sin rebote del tas aumenta significativamente el riesgo de sobreestirar la chapa.

Desabollado por golpeo o palanqueo

Se trata de golpear o palanquear directamente con el tas, palanca u otra herramienta del taller la abolladura por su cara interna. Esta técnica suele emplearse en aquellos casos en los que las otras técnicas no son válidas. El golpeo es preferible hacerlo con un tas con superficie ligeramente curvada, que disponga de buen agarre (tas de diábolo) y que reduzca la aparición de marcas. Si se utilizan palancas, el desabollado se realizará siempre que se pueda con la superficie de la palanca que menos riesgo presente de marcar el metal.

Al golpear o palanquear directamente el metal, existe riesgo de extraer demasiado el golpe, motivo por el cual puede colocarse otro tas en la cara opuesta para reducir este inconveniente.

Técnicas finales de conformado e igualado de la chapa

Una vez extraído el golpe, se procede a ejecutar las técnicas finales de igualado y acabado de la chapa. Las técnicas utilizadas son las siguientes:

Aplanado

Su misión es eliminar pequeños puntos elevados de la chapa que han quedado tras el desabollado. Consiste en golpear con el martillo de carrocero la parte saliente de chapa a la vez que se sufre el golpe por el lado contrario con el elemento pasivo sin que este rebote o con un rebote mínimo.

Si no existe acceso, se puede golpear de refilón con la peña del martillo, perpendicularmente a través de un botador, o aplanar el punto elevado a través  del electrodo de recalcado de los equipos multifunción SPOT.

Recogido

La aplicación de esta técnica permite devolver el espesor a la chapa cuando ha quedado sobreestirada y es imposible dejarla a nivel. De forma general el recogido de la chapa se efectúa con aporte de calor, ya que la técnica manual es muy laboriosa y poco efectiva.

El recogido con aporte térmico se lleva a cabo con un equipo multifunción SPOT. Para tal fin, se monta sobre la pistola el electrodo de carbono (solo válido para recoger aceros), o el electrodo de recalcarEl primero se aplica ejerciendo espirales desde fuera de la zona sobreestirada hacia adentro, mientras que el segundo se coloca perpendicularmente sobre la zona más elevada hasta ver que el metal se pone al rojo vivo.

En ambos casos, una vez aportado el calor, se enfría la zona con una bayeta o trapo mojado para que el cambio de temperatura posibilite la retracción de la chapa manteniendo el espesor del metal.  

Batido

El proceso de conformación del metal finaliza con el batido. Su misión es la de igualar los pequeños desniveles que presenta la chapa, así como el espesor de la superficie trabajada.  

La operación consiste en golpear suavemente toda la zona conformada con la lima de carrocero, evitando el rebote del elemento pasivo o dejando que rebote mínimamente.

Conclusión

Reparar la carrocería de un coche requiere un conocimiento técnico exhaustivo para poder devolver la forma original de la chapa. Por ello, es necesario conocer los distintos procesos de reparación y las diferentes herramientas del taller, además de seguir el proceso adecuado de reparación de la carrocería paso a paso y de forma escrupulosa. Esta sinergia posibilita la obtención de resultados de calidad en un tiempo de intervención adecuado.

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