Amortiguadores de gas: ventajas e inconvenientes

Por Ruta 401

Los amortiguadores de gas tienen como objetivo principal aportar confort y seguridad durante la conducción. Por un lado, son capaces de absorber las oscilaciones y compresiones del muelle para hacer que la conducción sea más cómoda. Mientras que, por el otro, ejercen de forma vertical la misma presión que reciben de la carrocería para mantener las cargas verticales del vehículo sobre la rueda y mejorar, así, la adherencia de los neumáticos sobre el pavimento.  En consecuencia, incrementan también la estabilidad del coche en situaciones complejas de conducción: frenadas bruscas, toma de curvas, balanceos de la carrocería, etc.

 

amortiguadores de gas

 

Los amortiguadores más comunes que se montan en los vehículos actuales son los hidráulicos (o de aceite) y los amortiguadores de gas. Realmente, estos últimos también incorporan aceite en su interior, pero la diferencia entre ellos viene dada por la introducción de gas nitrógeno para conseguir un comportamiento determinado del amortiguador.

A continuación, se abordan el funcionamiento general de un amortiguador y las ventajas e inconvenientes de los amortiguadores de gas.

 

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Funcionamiento y estructura general de un amortiguador

En el interior de los amortiguadores de gas o de aceite existe un pistón que se desplaza entre distintas cámaras de aire, aceite y/o gas. Estos fluidos van de una cámara a otra a través de pequeños orificios calibrados practicados sobre ellas, generando un determinado efecto de amortiguación (más suave o más dura) que depende del diámetro de dichos orificios y del tipo de fluido que haya en las cámaras.

amortiguadores de gas

Los amortiguadores siempre se montan junto a un muelle. El muelle es el encargado de absorber la oscilación de la carrocería cuando se contrae y la energía cinética derivada de ello. Esta contracción del muelle hace que el pistón alojado en el interior del amortiguador se desplace para transformar dicha energía en calor. El calor puede hacer ebullir el aceite y, con ello, hacer perder eficacia de amortiguación y adherencia. Por ello, los amortiguadores de gas también utilizan nitrógeno en lugar de usar solo aceite. Finalmente, el calor absorbido por el fluido es eliminado a través del mecanismo hidráulico.

Ventajas e inconvenientes de los amortiguadores de gas

Los amortiguadores de gas y los de aceite comparten estructura de montaje y modo fundamental de funcionamiento. Sin embargo, los rendimientos de uno y otro presentan ciertas diferencias que se asocian al tipo de fluido que tienen en su interior. 

Las principales ventajas de los amortiguadores de gas son las siguientes:

  • Favorecen la conducción mejorando la adherencia de los neumáticos al asfalto y ofreciendo un paso más seguro en curvas cerradas. Evitan la inclinación del vehículo y permiten obtener el máximo agarre en las cuatro ruedas.
  • Minimizan la formación de burbujas, aunque no eliminan completamente el riesgo de que el aceite llegue a su punto de ebullición. Esto permite que el amortiguador trabaje de forma más eficaz. Además, el nitrógeno trabaja a temperaturas más bajas y reduce la degradación del aceite a causa del calor, lo que se traduce en una mayor vida útil de los amortiguadores de gas.
  • Mejoran la velocidad de retorno al conducir por terrenos irregulares. Esto significa que el fluido regresa a las cámaras más rápido y, por tanto, se corrigen con mayor rapidez las oscilaciones de la carrocería.
  • Al ser más rígidos, los amortiguadores de gas permiten un mayor control sobre la dirección y los frenos.
  • Están más indicados para ser montados en vehículos donde la conducción es más deportiva o agresiva.

 Con respecto a sus inconvenientes, cabe destacar las siguientes particularidades:

  • Los amortiguadores de gas son más duros y rígidos, lo que provoca que los baches o irregularidades del terreno sean percibidos con mayor intensidad por los ocupantes del vehículo.
  • La absorción del impacto es más seca y corta que en los amortiguadores hidráulicos, hecho que hace que el efecto de amortiguación sea menos suave y progresivo. 
  • Están menos indicados para vehículos destinados a ser conducidos bajo criterios de confortabilidad.

Conclusión

Tanto los amortiguadores de gas como hidráulicos, los dos tipos más utilizados, contribuyen a aumentar el confort y la seguridad al volante. La principal diferencia entre ellos es que los amortiguadores de gas aportan una suspensión más rígida y deportiva, pero menos suave que los de aceite. En cualquier caso, antes de proceder a sustituir o instalar uno de estos elementos, es necesario consultar el manual técnico del vehículo para saber con certeza qué tipo de amortiguador se debe montar, ya que poner uno distinto puede afectar negativamente a otros elementos mecánicos.

 

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Categorias: Carrocería y parabrisas